La banda de pop punk, emblema de comienzos del 2000, pisa por primera vez suelo argento para el delirio de los fanáticos.

Por Pablo Díaz Marenghi

Melodías veraniegas, videos de fiestas en la playa con chicas en bikini y la banda tocando entre la muchedumbre. Esas imágenes llenaron las pantallas de MTV a mediados de los 90 y comienzos del 2000 cuando el punk californiano estaba en la cresta de la ola. Grupos como Blink 182, NOFX, Korn, Limp Bizkit, Linkin Park ,Offspring, Pennywise, Goldfinger, Fall Out Boy, Good Charlotte, Simple Plan, se popularizaron a niveles bestiales. Algunos más pop, otros más melanco, otros más dark y algunos más heavy. Con sus variantes, vendieron millones de discos, aparecieron en todos los rankings y, la mayoría, entró en decadencia a mediados de los 2000 para desaparecer o, bien, reconvertirse. Uno de estos ejemplos, que intenta mantener su vigencia, es SUM 41. La banda canadiense lanzó su último disco en 2011 en donde se aleja un poco de su esencia punkpopera para nutrirse de ritmos más metaleros y pesados. Con este antecedente desembarcará por primera vez en la Argentina el domingo 13 de diciembre en Groove y repasará toda su discografía para alegría de los nostálgicos de esta escena.

El verano está presente desde el bautismo del grupo, ya que se llaman así debido a que lo crearon 41 días después del comienzo del verano. Deryck Whible en la voz y el ex baterista Steve “Stevo” Jocz fundaron la banda bajo el nombre de Kaspir en un principio. Hacían covers de NOFX y en 1996 asumirían el nombre que mantienen hasta hoy. La alineación se completó con Dave “Brownsound” Baksh como guitarrista líder y Jason “Cone” McCaslin como bajista. Su primer EP llegaría en 2000, Half Hour of Power. Allí se incluirían temas con temáticas provocadoras como “Grab the Devil by the Horns and Fuck Him up the Ass” o hits como “Makes No Difference”, cuyo video es el summum del punk de la época: todos de fiesta y agitando en una fiesta yanqui bien American Pie mientras la banda toca a volumen 11. Obviamente, en otro cliché exacerbado, la policía llega al final del videoclip para arruinarlo todo.

Retomando la película que popularizó al actor Jason Biggs, en el soundtrack sonaría “In too deep”, hit del primer disco de estudio de SUM 41, All Killer No Filler (2001). Las buenas épocas del grupo continuarían en los discos siguientes: Does This Look Infected? (2002) y Chuck (2004), este último más oscuro y cercano al hardcore y al trash. Luego vendría Underclass Hero (2007), y un periodo de incertidumbre, algunos shows dispersos y el lanzamiento de Eps y recopilatorios. Su nuevo álbum llegaría recién en 2011, Screaming Bloody Murder, que marca una continuidad con lo hecho en Chuck: una ruptura con esa esencia fiestera del pop punk noventista dosmilero y una continuidad con un sonido más metalero, pesado y oscuro.

El 13 de diciembre será una prueba de fuego para SUM 41. En un país tan recitalero como la Argentina, en donde el público cobra protagonismo en cada show internacional, será interesante observar qué le sucede a esta banda ante el público argento que lo viene esperando desde mediados de los noventa. También resta saber si el grupo se apegará a su etapa más reciente o si mantendrá viva la llama veraniega que los hizo crecer. Más allá de cualquier incertidumbre, muchos fanáticos ya están sacando su ticket para comprobar en vivo y en directo la vibración punk de una banda que formó parte de la banda sonora de muchos adolescentes ofuscados.//∆z