…escuchá el nuevo disco de Belle and Sebastian. El último trabajo del grupo suma a las tradicionales melodías de la banda, un repertorio de pop clásico que sorprende y entusiasma de cara a su visita a nuestro país.

Por Gonzalo Penas

Hay que hacer una aclaración para quienes todavía no hayan escuchado el nuevo trabajo de Belle and Sebastian: es un disco que se puede tornar largo a la hora de escucharlo las primeras veces. Pero a no desesperarse. Paciencia. Una de las claves para escuchar Girls in peacetime want to dance (2015) es hacerlo con paciencia. Si sos de los que no les gusta llegar a destino sin que haya terminado el disco, no lo escuches en el reproductor de mp3 por la calle. Si sos de los que piensan escuchar el disco rápido y para ver qué onda lo nuevo de B&S después de casi cinco años, no vas a poder llegar a una conclusión. En cambio, si sos de los que se van a sentar a escuchar el disco entero y buscarle la vuelta, enhorabuena, bienvenido.

Girls in peacetime want to dance es el sucesor de Write about love (2010), disco que trajo a los oriundos de Glasgow por primera vez a nuestro país en un recordado show en el Luna Park. Como en aquella oportunidad, meses después de editado el nuevo trabajo la banda volverá al país, esta vez al Gran Rex. Y cuando uno escucha varias veces el disco, más o menos se puede dar una idea de lo que va pasar en la esperada noche en que la banda vuelva a tocar en suelo argentino. Si bien la discografía de B&S es, como pasa con todos los grupos británicos y (para) melómanos- un tanto confusa por compilaciones, discos en vivo no oficiales y hasta las sesiones de la BBC, Girls… nos acerca a un pop más ligado al dance de la década del ’80 que al indie que tanto nos fanatizó en los comienzos con Tigermilk, If you’re feeling sinister (ambos de 1996), o The boy with the arab strap (1998). Esa trilogía inmejorable, que hizo que los medios internacionales catalogaran a la banda como indie pop o –inclusive- pop barroco, posicionó a Stuart Murdoch y a los suyos en los principales rankings británicos. Pero lo cierto es que para los que conocimos a B&S durante los primeros años del nuevo milenio –cortesía de la manija que llegaba de la mano de algunas revistas que se ocupaban de la escena o de la ya desaparecida (y extrañada) FM Kabul- asociamos al grupo a una clase de pop más sensible o (incluso) bailable que melancólico, producto de Storytelling (2002) y –por sobre todo- a The Life Pursuit (2006), donde la banda llegó al punto máximo en todos los charts del mundo. Y en Girls… se encuentran pequeñas muestras de toda la discografía de la banda. Entonces, ¿es más de lo mismo? ¿Es un rejunte de todo lo que la banda ya hizo en sus casi 20 años de trayectoria? No. Para nada.

Si bien hay esbozos del primer B&S –en “Allie”, “The cat with the cream” o en uno de los mejores temas del disco, “Ever had a little faith?”, melodía sensible y acordes de guitarra que invitan a una verdadera pieza britpopera– en el pop de Girls… tambiénhay guiños hacia el pop clásico. En esa clave, aparecen “The power of three” –que pareciera ser una homenaje, muy bien hecho por cierto, a ABBA, sobre todo por la voz de Sarah Martin- “Enter Sylvia Plath” o “Perfect couple”; pero también “Nobody’s empire” –canción que abre el disco y que tranquilamente podría cerrar algún capítulo de la serie Girls, para alegría de Lena Dunham- o “Play for today”, un pop más cercano al siglo XXI, pegadizo y bailable. Recién en “The everlasting muse”, todo parece salirse del libreto. Una pieza más ligada a Kusturica que nos sorprende y crea una sensación de suspenso en el disco; pero que terminará por envolver al sonido a tal punto de regresar a la situación inicial que se describe en las líneas anteriores. De esta manera, y para cerrar el disco, “The book of you” –con Sarah Martin nuevamente en voz- ya nos deposita en el universo B&S pero habiendo pasado por el nuevo camino que ellos proponen. En efecto, “Today (this army’s for peace)” cierra el disco con una contundencia (generando un efecto muy similar al de “Venus in Furs” de la Velvet) siendo así uno de los mejores temas del disco.

Lo que queda por preguntarse es cómo, con esta nueva impronta que se suma a lo característico de la banda, presentarán el disco en su versión en vivo. Por suerte, podremos sacarnos las dudas muy pronto, cuando el grupo visite por segunda vez en su historia nuestro país, nada más ni nada menos que en el Gran Rex y allí presenten lo que seguramente será uno de los discos del 2015.//z

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