Por Walter Lezcano

Nunca me compro ropa. En general me visto con lo que me compra mi novia o me regala mi vieja cuando le doy lástima por llevar puesto siempre lo mismo. Pero tengo una debilidad: las remeras de rock. Desde chico me parecen mucho más importantes que el DNI. Tuve de todas las bandas grandes. Y la cosa se puso buena cuando conocí a un chabón que hacía remeras a pedido. Así que ahí pude tener remeras de Only Ones, 999, Motosierra, The Chesterflieds, y todas esas que no podía conseguir en los negocios de Solano ni en Locuras. ¿Dónde están ahora esos fragmentos importantes de mi juventud? No lo sé. Me mudé demasiadas veces y, se sabe, uno termina perdiendo todo y no le importa hasta que lo buscás y ahí te viene de toda la historia encima.
Ahora ya no uso remeras de rock, si no remeras rockeras que pueden dar una declaración de principios más contundentes que la de gritar el nombre de una banda. Como la de la foto. Esa remera reúne dos de las cosas que más me gustan en la vida: la birra y el punk rock. Si me das eso creo que puedo Live Forever.

Walter Lezcano (Goya, Corrientes, 1979) es docente y escritor. Publicó Los mantenidos, Partes de guerra, Tirando los perros, Jada Fire, Humo. Su twitter es @lezcanowalter

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