Una serie de animales muertos, los paisajes de la Franja de Gaza y la manipulación del cannabis hacen que Fernando Brizuela juegue en los límites vertiginosos del arte contemporáneo. Aquí, pinceladas de un acuarelista contemporáneo.

Por Martín Sandoval

Praxis de larga data. En la historia de la pintura naturalista, la acuarela fue la técnica par excellence. Por una cuestión práctica, estos pintores llevaban una cajita de tintes para retratar especimenes de otras tierras. Así se han bocetado plantas, animales y paisajes del mundo entero. En el arte contemporáneo, sin embargo, boceto y obra final pueden confundirse.

Una búsqueda en el terreno de lo instintivo: “La acuarela me seduce. No tengo que trabajar con ella por un motivo específico”, comenta el artista. Ver cosas que llaman la atención y darle forma con pigmentos hacen del trabajo de Brizuela un estudio botánico y antropológico. Una experiencia plástica que deviene en política: tanto en el medio como en la representación no hay objetividad.

En el límite de lo abstracto y de lo figurativo se encuentra la fuga. Reproducir virtuosamente la realidad fotográfica es una labor hiperrealista que no le interesa. Y la abstracción no es una necesidad en su código narrativo: la acuarela funciona cuando el agua y el pigmento representan sólo lo que se quiere saber. En sus obras, Fernando Brizuela retoma esta Historia Natura y bordea estos límites.

Forma, técnica y postura

Un taller de arte en la infancia, una encrucijada entre la Facultad de Medicina y la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Las experiencias con fotografía en el grupo Cero Barrado y los días en el taller de León Ferrari. Todo esto hizo que Brizuela pensara al arte como una profesión, un medio de comunicación y un mundo donde el montaje, la manipulación  y la instalación de obras se hicieran contexto.

De allí la forma sutil, la técnica precisa, la postura radicalizada. En la muestra Historia Natural (2010) representó animales muertos. No hablaba de una muerte grotesca, ni de cacerías explícitas. “Propongo representar la matanza animal: son animales seductores que funcionan en serie. Una vez que ves que hay veinte animales muertos es que podés llegar a verlo”, afirmó.

IMAGEN 1: Animales Muertos, 2010. F. Brizuela.

Construcción mediática del Estado de Israel. Para el artista, nunca llegamos a comprender la totalidad de un acontecimiento. Al igual que los animales muertos, las acuarelas de La Franja de Gaza poseen una atracción venida de las estelas que dejan las bombas de fósforo blanco. Lo que aparenta fuegos artificiales esconde un material que todo lo calcina, sin apagarse nunca. Material utilizado sobre población civil.

IMAGEN 2: Franja de Gaza, 2011. F. Brizuela.

“La sociedad es un campo de tensión: lo que hace cincuenta años era una verdad hoy no lo es. Esos campos de lucha se generan porque hay gente que no está conforme con lo establecido”. Brizuela juega en los límites de la ley con sus pinturas y muñecos de cogollos presentados en la muestra Camuflado (2011). Anteriormente, en la última edición de ArteBA, llevó este juego al extremo con la presentación de un in-door para el cultivo de canabis. “Mis obras no son apologéticas. No son obras de narcóticos exclusivamente. Para mí, son estudios botánicos”.

IMAGEN 3: Cogollos, 2011. F. Brizuela.


IMAGEN 4: Monstruos de Cogollos, 2011. F. Brizuela.

Para visitar la muestra Camuflado:

Zavaleta Lab

Venezuela 571, San Telmo.

+54 11 4342-9293 / 4331-2439

Horarios

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