La Pequeña Orquesta Reincidentes es culpable de una excelente discografía. Nos dejo ocho discos, uno mejor que el otro. Por eso es muy difícil elegir un puñado de canciones porque cada una de ellas es un mundo entero.  Aunque hicimos el intento y seleccionamos once temas que – para nosotros- representan la esencia de la banda.

Por Joel Vargas

 “Vals de dos finales” – Tarde (1994]

Vals De Dos Finales by artezeta-az

Esta primera versión fue editada en casette en los tempranos noventa y muestra ese costado oscuro, bien dark. Los Reincidentes en esta primera época son hijos directos de los ochenta y el post-punk crudo es el arma de expresión (en “El duelo”, otro track clave de Tarde,  esto se percibe más fuerte).  Por eso el fantasma de Nick Cave sobrevuela todo el tiempo y la figura del casi Gardel domina la tensión creando una fabula tanguera post-moderna en forma de valsecito. Un germen de lo que vendría después.

 

“El hombre de manos gastadas”  –  Nuestro Años Felices (1996)

El hombre de manos gastadas by artezeta-az

La ironía del nombre del disco, refleja el panorama desolador de la desocupación de los noventa. Las manos llenas de cayos esperan algo que les dé un mango. El dolor de ya no ser y la esperanza de volver a ser. El hombre espera sentado, la canción pasa a ser en primera persona y se termina el narrador omnisciente. Se vive en carne propia. Todos esperamos el milagro en la era patilluda. El final se vuelve violento y un viento feroz se escurre entre las manos gastadas del hombre.

 

“Blanco y Amarillo” –  ¿Qué sois ahora? (1998)

Blanco y Amarillo by artezeta-az

Ocre, otra vez el retorno de lo inevitable. Una balada desesperada con unas descripciones que te hacen temblar y matar. Es el inicio del cambio de sonido, el nombre del disco lo dice todo…

“Equipaje” – Pequeña Orquesta Reincidentes (2000)

Equipaje by artezeta-az

Los trenes van y vienen con recuerdos. La estación está llena de gente y de nostalgia. Ese acordeón te destroza el pecho y marca la crónica de un viaje reincidente. Es el quiebre musical de la banda, con cambio de nombre incluido. Ya nada volvió a ser a como antes… Una pequeña orquesta había nacido

“Mi Suerte” – Mi Suerte (2001)

Mi suerte by artezeta-az

Una fiesta popular de mil colores, una danza eterna entre violines viejos y jovencitos. Las promesas y los secretos danzan dialécticamente al ritmo de la Pequeña Orquesta.  ¡Empezó el baile!

 

“Siete Suelas” – Miguita de Pan (2003)

Siete suelas by artezeta-az

La revolución en clave amorosa. Los punteos de viola son hermanos mellizos de las teclas. El ritmo te deja todos los zapatos gastados. Siete suelas destruidas por el amor, pero vale la pena. Aunque cueste siete meses, el cometido está hecho. ¡Que viva el baile!

 

“Gallo Rojo, Gallo Negro” – Miguita de Pan (2003)

Gallo rojo, gallo negro by artezeta-az

Una pelea de gallos es la excusa para romper el piso. Un encuentro de titanes plumíferos, donde las apuestas son la fe del más bueno y los picos crispados son los que marcan el ritmo.

 

“Sin dinero” – Miguita de Pan (2003)

Sin dinero by artezeta-az

El menemismo era la máquina de matar hormigas. La desocupación era un cáncer que crecía rápidamente.  La bomba explotó en el 2001 con el argentinazo. Las consecuencias las relata la Pequeña Orquesta en clave de cancioncita, donde refleja el enrosque de no tener guita y sentirse una hormiga. Una fabula realista y cruda: el dinero no es todo pero como ayuda…

 

“En el oeste” – Miguita de Pan (2003)

En el oeste by artezeta-az

Aires balcánicos inundan Buenos Aires, las cosas toman vida animándose a celebrar el fin del mundo. Es la superposición de dos mundos: la fantasía y la realidad,  “y justito casi volvés a la locura”.

 

“Mudanza” – Traje (2005)

Mudanza by artezeta-az

Se abren las maletas y se guardan retazos de vivencias. La música es ese curioso conector de situaciones. Los sentimientos se mudan y es como si las cosas viajaran… Un viaje eterno.

“La Colina de la Vida” – Capricho (2007)

La colina de la vida by artezeta-az

En un desfile telúrico la Pequeña Orquesta hace suya la guerra y la poesía. La canción de León Gieco se convierte en una marchita. Es el más bello capricho y el fin de un viaje.//z