Antes de su show via streaming, hablamos con la cantautora oriunda de Bahía Blanca acerca de su último disco (ELETÉ) que la consolida dentro del pop contemporáneo; sus mutaciones, aprendizaje, el trabajo de feats/remixes, su cover de El Mató y una madurez artística que oscila entre el baile y la introspección. 

Por Juan Martín Nacinovich
Fotos: Martín Pisotti

Lucía Tacchetti escribe desde sus experiencias y sensaciones. La música que la atraviesa nace de su propia catarsis y expande su universo personal. De entrada, en “Apagón”, track que abre su flamante álbum ELETÉ (2020), ella se desenvuelve con una sinceridad alejada de cualquier careta: “Escondida estoy debajo de una red de pesca/ hoy no estoy para nada que no crea/ hoy no estoy para vos/ ni para nadie, apago todo”.

Sus letras exudan determinación, búsqueda y movimiento, unas cuantas preguntas y un puñado de respuestas. ELETÉ, del sello barcelonés Costa Futuro, es una amalgama de mixturas electropop que cruza su dulce melancolía con retazos de optimismo, pasajes de pista de baile con momentos introspectivos y de reflexión. Un enredo de melodías cristalinas que, finalmente, decanta en pura magia pop.

Hay canciones necesarias y coyunturales como “Mandamiento”: “Tu cuerpo es sagrado contra todo mandamiento/ no dejes que te convenzan de igualarte con el resto”; o “Gritan Fuerte”, donde canta: “Batalla por lo que valora/ sin miedo ahora ya no se siente sola/ nadie más se calla sus ideas/ gritan fuerte cada una a su manera”, ensanchando el cuerpo de canciones a favor de la lucha de las mujeres, como hicieron en el pasado cercano Riel con “El futuro es mujer” o las recientes “Enemigo” de Isla Mujeres y “Urgente” de Sara Hebe.

ArteZeta: Hay unos cuantos featuring repartidos en el disco, muchas conexiones internacionales, ¿ya lo tenías craneado desde la pre producción del disco o se fue gestando sobre la marcha?

Lucía Tacchetti: Las colaboraciones definen mucho a ELETÉ. Creo que son un ingrediente principal en el disco. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de abrir el juego y empezar a conectar con otros artistas. Sentí que este era el disco para hacerlo. Estaba más confiada con las canciones y cada una de las personas que participaron fueron muy pensadas. Me pasó, por ejemplo, con Cabiria. Apenas hice la canción se me vino ella a la mente porque sentía que la composición y la música tenían mucho que ver con su estilo. Lo mismo me sucedió con Casero. El caso de Kirnbauer fue diferente, porque ella compuso gran parte de la letra, entonces ahí hubo más idas y vueltas. Con Lautaro Cura, de Isla de Caras, por suerte pudimos hacer la colaboración de manera presencial y también surgieron cosas muy nuevas en el estudio como el beatbox del final. Fue un proceso muy lindo abrir mi disco a otros artistas. Con cada uno de ellos lo viví distinto y me encantó generar esa red. 

AZ: La elección de reinterpretar “El magnetismo” de El Mató es uno de los grandes aciertos del álbum. La letra, si ya era poderosa, en la actualidad toma nuevas dimensiones: “en este mundo peligroso/ tenemos que estar juntos”. Además, convertiste una suerte de pequeño prólogo, un inicio de álbum de poco más de un minuto en una pieza extensa, todavía más atmosférica. ¿Cuándo elegiste “El Magnetismo” y por qué? ¿Fue tu primera vez grabando un cover?

LT: Surgió de toda esta situación pandémica. Es una canción que, para mí, siempre fue un himno. Es una de esas canciones que marcan tu vida en diferentes momentos. Para un show por streaming decidí hacer este cover. Me encanto armarla y la canción sola me fue llevando hacia esa longitud. Siempre me pareció muy corta y me quedaba con ganas de más, entonces aproveché para explotarla al máximo y hacer la extended version que siempre quise. En esos meses surgió la posibilidad de mandar una canción para un compilado de Brasil y decidí grabarla. Era la primera vez que grababa un cover. La hice en mi Home Studio, la mezcló y masterizó Santiago De Simone. Cuando se la mostré al equipo con el que trabajo todos estuvieron de acuerdo en que había que subirla a plataformas y el resultado fue increíble. Me acercó a un nuevo público y por eso decidimos que sea parte del disco. Fue un disparador para cambiar algunas cosas de ELETÉ que ya estaban cerradas, gracias a este tema hubo un quiebre muy fuerte a nivel artístico. Decidí sacar dos canciones del disco y componer dos nuevas. Fue una linda manera de representar todo este momento que estamos viviendo y, también, dejarme llevar por lo que me estaba proponiendo la canción. La letra tomó otro significado, también.

AZ: Hay algo muy consciente en tus letras: son coyunturales, actuales. Entre otras cosas, cantas sobre la lucha de las mujeres; sobre romper con los cánones de belleza hegemónica; la alienación; el tranco irregular del tiempo, sobre todo con el contexto actual. ¿Son autobiográficas? ¿Se te hace más sencillo escribir desde ahí?

LT: Sí, la música siempre me resultó un canal de catarsis. Todo lo que me sucede, o las cosas que le suceden a mi entorno más cercano, necesito canalizarlas a través de la música o las letras. Me tengo que sentir atravesada de alguna manera para poder escribir al respecto, para ponerle voz a esas palabras tengo que creer en el mensaje y en lo que estoy comunicando. Creo que es elemental entenderse y trabajar mucho en cada una de las palabras. Le doy muchas vueltas a las letras hasta cerrarlas por completo. Entiendo su peso entonces por eso lo cuido y lo respeto.

AZ: Las letras son protagonistas de una manera casi ubicua en el disco. Lo que me lleva a preguntarte por la ausencia de algunos pasajes instrumentales que sí aparecían en tu álbum anterior VOL. 3D (2018). ¿Esa ausencia de breakbeats en ELETÉ fue intencional? 

LT: Es verdad que mi disco anterior quizás tiene más espacios destinados a eso pero no fue intencional en este disco. Me encantan los pasajes instrumentales. Si bien, como decía antes, soy muy consciente de las letras, también entiendo que, por momentos, hay que dejar respirar a la canción y a los oídos; darle a los oyentes esos espacios sin voz y poder disfrutar de lo instrumental. Me quede con ganas de hacer un outro instrumental pero no es algo que analice tanto. Voy guiándome por la energía general del disco. Cuando finalmente terminamos ELETÉ, sentí que estaba perfecto. 

AZ: ¿Cómo se dio la colaboración con Javiera Mena? ¿Te imaginas invitándola a participar en algún track tuyo en el futuro?

LT: Me encantaría. Es una artista a la cual admiro muchísimo y que trazó un camino muy importante en el pop en español. Admiro mucho su fuerza y su empuje. Me encantan sus canciones. Hacer un remix para ella fue una de las experiencias más lindas que me dejó la cuarentena. Aprendí mucho de reversionar canciones. Me encantó el proceso. Era la segunda vez que hacía un remix y lo disfruté mucho. Me animé a darle mi toque personal a algunas cosas y fue un proceso muy lindom, de esas cosas que te guardas para siempre.

AZ: ¿Cuándo lo conociste a Juan Stewart, productor del disco? ¿Cómo fue  el trabajo conjunto?

LT: Juan es un maestro con el que me cruzó la vida, lo admiro y aprendo mucho de él. Estar en el estudio con él es todo aprendizaje. No sólo musicalmente hablando, es su manera de ver la vida, su templanza, su calma. Nos conocimos gracias a Henry Navia que es mi mano derecha musical. Ellos habían trabajado juntos hacía varios años con la ex banda de Henry, Blanco, y cuando tuvimos que mezclar Degradé, me lo presentó. Desde ahí empezamos a trabajar juntos, hace ya tres años. Primero fue un mix, después probamos con la primera producción que fue “Todo Cambia” y desde ahí no paramos más. Ojalá sigamos haciendo muchas cosas juntos. Me encanta porque me deja ser muy libre en mis ideas y siempre encontramos un punto medio que nos gusta a los dos, logramos ese equilibrio.

AZ: Tus videoclips están muy logrados. Algunos, incluso, coqueteando con una veta cinematográfica medio anglosajona, como en “Honestidad”, junto a Kirnbauer; o “Gritan fuerte”, donde se juntan algunos personajes dignos de una película de Gregg Araki. ¿Hasta dónde te involucras en el laburo audiovisual? 

LT: Me gusta soltar un poco la parte audiovisual. Muchas veces elegimos directores, les mandamos la canción y dejamos que cada uno nos devuelva una idea que quizá no estaba en nuestros planes. Me gusta involucrarme pero siempre esperamos una primera devolución que refleje lo que sintió la otra persona. Una vez que ese ida y vuelta tiene su rumbo, trabajamos en conjunto.

AZ: ¿Cómo se trabajó la portada del disco?

LT: Al ser un disco pop y que su nombre proviene de un juego con mis iniciales, sentimos que había que representar eso. Para la foto elegimos a Martin Pisotti y el logo lo hicimos con Lucila Taba, que viene trabajando el arte de todos los simples del disco. El vestuario fue una decisión clave. Tiene todo el brillo y el clima que estábamos buscando pero la combinación con las zapatillas lo baja un poco a tierra, a lo que soy todos los días.

AZ: ¿Qué venís escuchando? ¿Hay algo que quieras recomendar? 

LT: Dentro de los lanzamientos de la cuarentena, me gustó mucho Bien:(, el EP de C. Tangana, Free Love, el disco de Sylvan Esso que salió el mismo día que ELETÉ y los simples que sacó Ela Minus. Con respecto a la inspiración, trato de nutrirme de todo lo que voy escuchando. LCD Soundystem, Arcade Fire, Mura Masa son algunas de mis bandas favoritas. Dentro del pop en español creo que Javiera Mena es la artista con la que más me identifico ( por suerte pude ser parte de su EP de remixes este año).

AZ: ¿Cómo te atravesó la pandemia? ¿Estás más activa que antes a pesar de todo? 

LT: Me parece importante no dejar de trabajar sin importar el contexto. Fue una de las decisiones de este año cuando nos enteramos que se suspendía el Lollapalooza. Veníamos ensayando para eso y, una vez que todo se frenó, decidimos estirar el lanzamiento del disco con muchos más simples de lo que habíamos planeado en un primer momento. Siempre intento estar activa desde el lugar que me toca. Es la mejor manera de estar vigente. 

AZ: Ya mutaste con anterioridad, alejándote de la primera Lucía Tacchetti. En algunas entrevistas dijiste que sentís que VOL. 3D es tu primer disco; mientras que Feriado (2015) y Degradé (2017) quedaron medio rezagados.  ¿Te ves reincorporando algunas facetas de ese sonido, más ligada a la tradición folk o, más bien, mutando otra vez?

LT: Siempre digo que no todos tenemos la suerte de encontrar nuestra identidad tan rápido. Para mi Feriado y Degradé son ese camino hacia mi búsqueda de identidad. Si bien les tengo mucho cariño, no me definen como artista. Desde VOL.3D hasta esta parte aprendí mucho de producción, sintetizadores y composición. Todas esas herramientas hicieron que encuentre mi propia voz y pueda plantarme en otro lugar. No niego que en algún momento pueda volver a mutar pero siento que la música que hago ahora es más libre de estilos y prejuicios. Me siento completamente libre de componer y crear lo que tenga ganas y quizás antes con el folk no me pasaba tanto. //∆z

Lucía Tacchetti se presentará este jueves 5 de noviembre a partir de las 22 hs. desde Niceto Club en #LiveStreaming con invitados. Las entradas pueden adquirirse aquí