Desde su trabajo en Nueva York, el MC de Lo’ Pibitos habla de las limitaciones de la comunidad del rap y hip hop argentina, además de teorizar sobre nuestra tradición musical sin swing y explicar cómo entiende su particular oficio.

Por Gabriel Feldman

AZ: ¿Cómo definirías el trabajo y el rol del productor? ¿Hay alguna particularidad en las funciones que realiza dentro del mundo del Hip Hop?

G: Como se dice en inglés “put the shit together”, eso sería lo que hace un productor. Hace tareas artísticas y ejecutivas: organizar la banda, dividir las etapas de trabajo, ver con qué materiales se va a trabajar, darse cuenta de las limitaciones económicas de proyecto (presupuestos), tiempos, equipamiento, etc.

guido ruggiero

Y luego empezar a refinar el material, limpiando y poniendo cada cosa en su lugar, siempre con la confianza y el apoyo del artista. Hay que preparar todo para un evento de tal magnitud como es la producción de un disco que requiere de concentración y lleva muchas horas de trabajo.

La particularidad en el mundo del hip hop es que la mayoría de las veces el productor es el compositor de la música, el beatmaker, el ingeniero de mezcla y de mastering. El Hip Hop en Argentina todavía sigue siendo poco profesional, no hay muchos proyectos serios (generalizando). Los raperos no están acostumbrados a pagar por un beat, ni por una producción, hay mucha cosa “de onda” y así es como se refleja en la escena. Beats que suenan diferentes entre sí, graves descontrolados, beats de artistas extranjeros, etc. Para mí esto es un trabajo, si voy a invertir mi tiempo y mi energía quiero hacerlo a full, no en mis tiempos libres. Pero soy optimista y sé que vamos a cambiar esa situación. Raperos: ¡Put your shit together!

Produciendo en #NYC #? con @choco_llama @vasco662 #SABE @grasa1987

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AZ: ¿Cuándo y por qué empezaste en esta tarea de productor?

G: Fue a través de la computadora. Sin saberlo a los quince años empecé a samplear un vinilo de música infantil y ponerle un beat abajo. Trabajando con el Sonic Foundry Vegas, un teclado prestado Casio y una bandeja de vinilos Dual. A esa edad empecé a estudiar softwares como Reason y Cubase. Me atrae mucho la construcción desde cero, la tecnología y el sonido.

AZ: ¿Después tuviste educación formal en cuanto a lo musical, fuiste a alguna institución universitaria/terciaria o fue más por tu cuenta y sumando experiencia, aprovechando también las redes y la info disponible online?

G: Formalmente comencé en el 2004 haciendo unos cursos en Escuela Sónica (Dj, Reason), producción en Home Studio I y II (Cubase y Plug-Ins). En 2009 entré a ORT a hacer el terciario nocturno PAE (Producción en Artes Electroacústicas) de tres años de duración. Luego entré a la Escuela de Música Contemporánea donde me recibí de Músico Profesional en cuatro años. En el medio hice unos seminarios de Mastering con Carlos Laurenz. Actualmente me encuentro en New York estudiando para ser Certificate Trainer de Logic Pro X.

Además siempre miré tutoriales y videos en YouTube, me suscribo a canales de producción, bajo plug-ins y esas cosas. Me gusta escuchar las nuevas tendencias del sonido y entender como generarlas. Resumiendo, diría que tuve una formación 50 y 50. Hice mis estudios formales y también busco información de manera autodidacta.

AZ: ¿Te acordás de un disco iniciador, que te disparó la atención a nivel audio/producción?

G: Dr. Dre 2001, yo tenía quince años. Fui a Cabildo y Juramento a “La Masa Records” a comprar un disco de hip hop, como hacia todos los fines de semana. Los importados estaban veinticinco pesos. Me acuerdo de haberlo escuchado por primera vez y me llamó mucho la atención la calidad del sonido, muy cristalino, y la simpleza. Era un sonido hipnótico del tema 1 al 22, los skits realmente te atrapaban. En ese momento Dr. Dre cambió la escena del rap mundial. Otro disco que me voló la cabeza fue el de Outkast, SpeakerBoxxx/The Love Below.

https://www.youtube.com/watch?v=dZk1Q409AmU

AZ: Más allá de que en cada proyecto habrá distintos objetivos, ¿cuál dirías que es tu búsqueda cómo productor?

G: Me gusta que el sonido se defina, que tenga dirección, pegada, espacialidad. A la hora de tomar decisiones, “menos es maás”. En mis trabajos me gusta generar diálogos entre los instrumentos.

AZ: ¿Qué es lo que no puede faltarle a un buen beat?

G: Un snare o tacho que cante, que te cuente algo, puede tener varias capas, diferente afinación; en el 2 un sample y en 4 otro. El sonido del snare puede definir completamente el género del tema.

AZ: ¿Se tiene en cuenta a la hora de pensar un álbum el hecho de que tal vez el formato en el que más se termine escuchando sea vía streaming, por alguna plataforma o la propia descarga de los archivos? Particularmente dentro del Hip Hop hay una cultura de mixtapes y ahora hay mucho artista reconocido intercalando álbumes con lanzamientos sorpresas. O el caso del último de Kanye que lo fue modificando en un proceso de creación “a la vista”.

G: Desde la creación del MP3, pasando por Napster y llegando a Spotify, hoy en día la industria cambió y sigue cambiando a pasos agigantados. La estrategia de marketing es una esfera que no se puede dejar atrás. Como artista uno tiene que dar siempre lo mejor siempre porque el material habla de uno. Sí creo que la idea del álbum va quedando en el pasado, me parece más redituable sacar temas por single.

En mi opinión el streaming no afecta el proceso creativo. Me parece muy ingeniosa la interacción día a día con los fans de parte de Kanye, genera esa incertidumbre que hace que todo el mundo este expectante a la salida del álbum.

De hecho están haciendo cada vez más exclusivo el acceso al material recién salido del horno, como el lanzamiento de Lemonade de Beyoncé que sólo se puede escuchar en TIDAL, la plataforma de streaming que lanzó Jay-Z.

AZ: ¿Un disco o canción que te llena de orgullo haber participado?

G: En el disco de Kapanga, Motormusica (2015), ya que es la primera banda del “mainstream” que nos dio bola, nos escuchó, gustó de nuestra vibración e hicimos un tema juntos (“Descarte”). Estoy muy agradecido a la banda, sobre todo Maikel, que es una gran persona y por la sinceridad del grupo y la apertura en la creación.

AZ: ¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

G: Recientemente terminé la producción de un disco de Mic Shaggy, una banda Pop Funk oriunda de Rauch una ciudad ubicada en el centro de la provincia de Buenos Aires.

Ahora en New York estoy haciendo música con raperos de Brooklyn, de un sello llamado Familli Entertainment, nos juntamos en un estudio llamado Black Wax ubicado en la zona del Time Square, hice beats para Choco Llama y para A$AP Josh, pero hubo un altercado de dinero en la sesión y me quedé con todas las grabaciones, no sé que voy a hacer son ellas.

AZ: Aprovechando que estás de viaje, ¿cuáles son las diferencias que notás en cómo se encara un trabajo allá? ¿Qué te llamó la atención?

G: Vivir de la música es difícil, requiere de mucho trabajo, tiempo y dinero. Lo que está bueno de Estados Unidos es que conseguís el equipamiento que se te ocurra. Y hay estudios de producción con controladores y algunos procesos para llegar conectar tu laptop y seguir. Hay mucho respeto y apoyo entre los artistas, acá se trata de compartir y generar conexiones, nunca sabés a donde podés llegar. Y especialmente en NYC el hip hop se respira, está en la calle, en los autos, en los locales, hasta las bicicletas tienen soundsystem.

Por lo que pude ver las producciones se encaran de una manera más humana, los artistas se ayudan entre sí. Por ejemplo, el otro día estábamos en el estudio con Choco Llama y él estaba escribiendo una letra para otro rapero, me llamó para que lo ayudara en el beat, la mezcla y para operar. También me llamo la atención que todos los lugares tienen buen sonido, algunos bares tienen monitores de estudio y subwoofers.

Tirando ?! Con @choco_llama #FamilliEnt #??

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AZ: Sobre el final del documental Buenos Aires Rap en el que participás también, Alejandro Almada dice: “nosotros somos arrítmicos, no somos un pueblo que tenga swing”. ¿Qué pensás al respecto? ¿Cuáles son las dificultades de hacer rap/funk en Argentina?

G: Creo que Argentina tiene swing, y definitivamente no somos arrítmicos. Pero no tenemos una música folclórica con swing, como en Brasil o Uruguay. Quizás, si no hubieran mandado a la primera fila a los negros en la Guerra del Paraguay, tendríamos una fusión particular de la música afro-argentina.

El género está creciendo cada vez más y los niños están consumiendo cada vez más música urbana. La dificultad creo que está en cada uno, el tiempo que se le destina a la creación, ensayos y desarrollo de letra, música y estilo. Hoy con una computadora, un controlador, una placa de sonido y un DAW, salís andando. Pero el sonido y la música son caras, si querés sonar profesional tenés que invertir.

La industria cambia día a día, pero lo que parece no cambiar son los empresarios. Hay mucha mentira en los contratos. En mi caso con la banda ya rescindimos dos contratos con empresas muy fuertes en el negocio por incumplimiento y por cosas que no puedo contar. Me gustaría que crezca más la escena independiente en producción de discos y festivales.//z