10 – BOA – Morbo y Mambo

boa

BOA, placa que fue bautizada a partir de un escrito de Paulo Leminski, es un héroe frente a la eterna seducción del lado oscuro, es la luz que se puede apagar, un Jedi que es tentado a ser un Sith, Frodo amando el anillo de poder. Morbo y Mambo borra la línea entre el bien y el mal, es Yin y Yang, pero también es un volcán a punto de estallar, el Apocalipsis latente, la amenaza de fin del mundo que nunca se concreta, pero que allí está, siempre renovada, en constante tensión, como los trances de sus canciones, diabólicos, mecánicos y fluidos, tan enamorados del presente que lo vuelven loop, para que nunca termine. Sin decirlo, la banda invita a la igualdad, al disfrute porque sí, porque hay que festejar, porque hay que sentir. P.C.

9 – Los mandos no responden, aumentaré la potencia al máximo – Adrián Paoletti

paoletti

Las canciones hacen gala de una deslumbrante simpleza, como si no necesitaran de ningún tipo de adorno o artificio para ser perfectas desde su concepción, y es en esa “aparente” sencillez que los temas despliegan una gracia encantadora, de alto vuelo y profundamente cierta. Cabe resaltar el trabajo en calidad de sonido e instrumentación elegida para cada tema, logrando momentos profundamente íntimos, o desbordando el aire de sintetizadores y cuerdas. La suma de todos estos elementos ubica esta placa como uno de las mejores en la carrera del cantautor y entre los discos imprescindibles del año. Manteniendo inalterable su corazón de poeta y su habilidad para manipular las estructuras de las canciones como si fueran muñecos de alambre, Adrián Paoletti se reinventa una vez más para entregar un disco distinto al anterior, y seguramente distinto del que vendrá. Un álbum que reconfirma su figura gigante, inmensa, alada, como un juglar que vuela en la noche cantando las estrellas que tanto necesitamos mirar. C.K.

8 – Cacería – El Perrodiablo 

el perro

No es mi negocio, no es mi trabajo / no estoy acá por un pedazo. / No me arrastré por un contacto / para pertencer a este teatro. / Cuando me pidan que experimente / miren al resto de la gente / que se extravió en el camino / por no estar convencidos. /Pensaron que era un juego / y ahora nadie se está riendo.” No hay mucho más que decir: esta letra de “Medicina” dice casi todo sobre Cacería, sobre El Perro y sobre todos los que habitan la escena independiente. El mejor disco de estudio de los platenses es noticia aunque todavía haya quienen discutan que suenan todo igual. Exactamente, ése es el punto: El Perro es ante todo coherencia y fuego, pero ni un poco de humo. S. R. M.

7 – EP1 Preludio – Humo del Cairo

humo del cairo

Luego de tres años de silencio, el trío conformado por Juan Manuel Díaz en guitarra y voz, Gustavo Bianchi en bajo y Federico Castrogovianni en batería lanzó EP1 Preludio, el inicio de una trilogía que explorará dilemas existenciales y ya en su primera entrega despliega paisajes oníricos, viajes psicotrópicos que se abrazan a las raíces hardcore y DIY que forjó a sus integrantes. Grabado en Buenos Aires entre abril y mayo y masterizado por Alan Douches -quien también masterizó a Sepultura, Superjoint Ritual, Bad Brains, Monster Magnet, entre otros- sienta las bases de una propuesta que se enmarca en el Stoner pero que no se limita dentro del cuadrilátero que propone el género sino más bien lo contrario: utiliza todos sus recursos como los puntales para conformar un sonido propio que se nutre a la vez de otros afluentes rockeros como el metal, el punk, el hardrock y la psicodelia. Preludio contiene cinco canciones con peso propio que trazan un paisaje oscuro, ecléctico y original. Sin dudas, uno de los lanzamientos más relevantes del 2014 a nivel local. P.D.M.

6 – Cabalgata hacia la Luz – Ararat

ararat

Ararat es el principal proyecto de Sergio Ch. quien, más allá de esos cambios sustanciales en su larga trayectoria musical, sigue apostando al rock valvular de raíz setentosa como el espacio ideal para sacarse la mierda: en esta tercera entrega la nueva frase-guía (una suerte de slogan con contenido espiritual que resume el concepto general en cada lanzamiento del grupo) ofrece, además, el título de la obra: Cabalgata hacia la Luz. Y es, de hecho, una cabalgata con cambios de ritmo, que acelera y frena permanentemente. Todo está conducido por los riffs demenciales del bajo con fuzz de Sergio Ch., quien en esta nueva etapa post Natas abandonó su perfil de guitar hero de las tinieblas: el secreto está en descubrir que, en realidad, conecta su bajo a amplificadores valvulares de guitarra para lograr ese sonido híbrido que mezcla frecuencias graves y tonalidades de seis cuerdas y que le permite cumplir funciones rítmicas y melódicas al mismo tiempo. El baterista Alfredo Felitte lo sigue con sus redobles a lo John Bonham y sobre esa base sonora de bajo y bata -que late como el verdadero corazón de esta banda-, Tito Fargo (productor del disco) aporta un poco de clima con su slide y sus teclados. M.R.

5 – Últimos Días del Tren Fantasma – 107 Faunos

faunos

Es un disco que redefine al grupo luciendo una exquisita melancolía, una nueva saudade platense llena de tesoros por descubrir. Existe cierta frase, que ha sido dicha y repetida en más de una ocasión, que menciona que  “Los 107 Faunos suenan mal”, y quizás sea hoy el momento de parar dicha línea, o mejor aún, de corregirla: Los 107 faunos no suenan mal, suenan como quieren, tomando el camino menos transitado pero el más certero. Sus canciones son pequeños mantras destinados tanto para el baile como la introspección, mensajes directos al centro del individuo y todo lo que en él se contiene y se escapa. 107 logra en Últimos días… un registro único e irrepetible, un diario íntimo de la belleza, o como poner bajo la lupa un corazón sin dirección. 107 Faunos no suena mal, suena como debe hacerlo, registrando, creando y alimentando “el calor de la manada”. C.K.

4 – Las Ligas Menores – Las Ligas Menores

las ligas

En el primer LP de Las Ligas Menores lo que sobran son canciones, con todo lo que esa definición implica; trece piezas estructuradas con el formato clásico estrofa – estribillo, una fórmula que, lejos de parecer obvia, es la base de muchas de las mayores alegrías de nuestra vida. ¿Acaso no buscamos todos, público y artistas, alcanzar esa melodía que nos resuene en la cabeza el mayor tiempo posible? Desde el primer punteo de “Renault Fuego” hasta llegar, 36 minutos después, al último acorde de “29 de septiembre”, lo que triunfa en este disco es la propuesta de una banda que, como viene demostrando en vivo, suena cada vez mejor. En la mejor tradición de los Pastels escoceses o los Galaxie 500, los cinco chicos de Caballito armaron un LP lleno de baladas entrañables. A.V.

3 – Luces Blancas – Los Álamos

los alamos

Cuando Perón volvió al país en el ´73 habían pasado varios años en los que la ausencia no hizo más que agigantar su figura. El tiempo tiene esas cosas. Es capaz de condenar al olvido o, con la misma fuerza, alimentar el culto. Eso mismo parece haber pasado con Los Álamos, que eligieron el mes de junio de 2014 para su regreso, una fecha que marca la salida del cuarto álbum de esta banda que tuvo mucho que ver con el renacimiento de la escena local allá por fines de 2004. El nuevo disco fue grabado en dos días y tuvo un proceso de composición que define a la perfección la relación entre estos músicos. La distancia con Peter no fue un impedimento. Desde Buenos Aires el resto de la banda le mandaba a Marsella los temas vía mail y él, mientras tanto, componía las letras. Tantos años juntos lograron esa simbiosis musical que los hace lucir en estas diez canciones que muestran algunas diferencias respecto de sus trabajos anteriores. Sí, hay referencias al desierto, guitarras con slide, momentos para el cuelgue lisérgico y siguen estando las ganas de agarrar la primera ruta que veamos. Poly, Pico, Jonah, Peter, Waco y Gavilán componen la sinfonía de un sentimiento. A.V.

2 – Remolino – Acorazado Potemkin 

remolino

 En una reñida pelea voto a voto, Remolino se llevó el segundo puesto. Sin embargo, el esperado segundo disco del trío Fernández-Esaín-Ghazzarosian derribó el mito de que las segundas partes nunca son buenas. Profundamente eléctrico, con las mejores letras que JP pudo ofrecer y un ajuste absoluto canción a canción. Muchas de ellas destacan, pero “Miserere” -en palabras de Santiago Segura: “quien creía que no quedaban himnos para la Avenida Rivadavia luego del de Manal, aquí una contraprueba árida, punzante y dolorosa– y la telúrica nacional de “Remolino” están en un escalón por encima, asomando la cabeza en la medianía 2014 para decir ey acá estamos, escuchen un momento. S. R. M.

1 –Sué Mon Mont Sué Mon Mont

sue mon mont

Un vehemente espíritu romántico quema salvaje y apasionado en el álbum debut de Sué Mon Mont, trece canciones disparadas con fervor al centro de aquellos corazones que han vivido, viven, o esperan vivir un gran amor fatal. Esta pericia para dar en el blanco sensible es el resultado de varios factores, entre ellos la manera en que están compuestas y estructuradas las letras de los temas: todas las canciones son misivas dirigidas, cartas encendidas a un tercero cercano, diálogos sin respuesta de una interlocutora al destino de su pasión, como un monólogo descontracturado y sentimental hacia un escucha sin respuesta. La placa debut de Sué Mon Mont es todo lo que se esperaba y más. Un registro vivo y caliente con historias de amor nada cursis, completamente comunes, creíbles, de un amor juvenil, cotidiano y sincero. Relatos montados a pelo de un sonido impecable y brillante, ágil y salvaje. Cabe destacar la labor de Julián Perla como productor del disco, que supo explotar y poner nuestra atención en las fortalezas sonoras y los detalles implicados en cada tema. Sin lugar a dudas uno de los discos del año, de nuestras vidas, y al que recurriremos cada vez que nuestro corazón vibre atento, alegre y temeroso de lo que vendrá. C.K.

Textos de: Patricio Cerminaro, Pablo Díaz Marenghi, Claudio Kobelt, Sebastián Rodríguez Mora, Matías Roveta y Alejo Vivacqua.