Onda Vaga presenta Magma Elemental, un álbum que florece y atraviesa recorridos sonoros impactantes con creatividad, frescura y espontaneidad.

Por Nayla Madia

Onda Vaga se ha convertido en una de las bandas más innovadoras del panorama musical actual. Se trata de una agrupación que crea una fantástica experiencia multicultural, con melodías que fluyen entre el reggae, el folk, y el  rock, y que han conquistando a fans de diversos rincones del planeta.

El año pasado, el grupo viajó a Japón para participar del Fuji Rock 2012, un festival en el que con sus canciones impresionaron a más de diez mil personas. A su vez, la banda compartió escenario con músicos como Jack White, Radiohead, Stone Roses y el dúo francés Justice. Actualmente, luego de Fuerte y Caliente (2008) y Espíritu Salvaje (2010), el quinteto que integran Nacho Rodríguez, Marcos Orellana, Marcelo Blanco, Tomás Justo Gaggero y Germán Cohen presenta Magma Elemental, el nuevo material discográfico de la banda, grabado en los estudios Tónica.

Un aspecto absolutamente destacable de este nuevo material implica la excelente combinación de estilos que recrean una verdadera comunión musical. En este punto, es menester considerar la labor de Gustavo Iglesias (ingeniero de sonido de Babasónicos).

Desde la portada del disco, es posible percibir la luminosidad y la potencia musical del disco a partir de una impactante y colorida ilustración a cargo de  Clara Trucco. Centrándonos en lo auditivo, la banda asombra con un disco sólido y contundente.

El álbum inicia con “Tatarali”, un efusivo candombe con el que la alegría se instala en los corazones y desencadena un segmento festivo. Con esta canción -y gracias a la utilización de flautas y trompetas- la banda logra captar al oyente, ofreciendo un pulso musical fascinante. Sin dudas, los seguidores de la banda adoptarán rápidamente esta canción como un nuevo himno junto a los ya clásicos “Mambeado”, “Te quiero”, “Ir al baile”, “Cartagena” y “Rayada”.

A continuación, “La Ronda” se encarga de instaurar un mensaje espiritual a partir de voces aterciopeladas que invocan la importancia de la hermandad y la conexión entre los seres humanos, para que unidos todos podamos encontrar nuestro camino. Junto al  músico y compositor Pablo Dacal, y como si se tratara de un mantra, el quinteto canta “Estás en la ronda/ Ella es la madre de todos/ La que nos va a encontrar como una llama que funde tu voz en el coro para dejarnos ver la unidad”.

Otro punto fuerte del álbum es “El fantasma”, con la participación de Adrian Dárgelos. Un tema con aires folk y funk donde el líder de Babasónicos se luce aportando un halo resplandeciente en una canción llena de  brillo, que además, presenta una gran conexión entre la melodía y la letra (“Hace mil años que ando escapando de la soledad”).

Luego, las guitarras criollas se apoderan de “En cueros”, dando lugar a una canción intensa (“Vamos a memorizarnos para cuando pase el tiempo todavía tener algo”). Posteriormente, a partir de percusiones y trompetas llega “Revolución”, con una melodía emotiva y profunda que impulsa una energía transformadora y logra calar hondo en el alma (“Y si me canso, el cielo va a escuchar, el cielo va a escuchar. Hablo de lazos y de la tierra, el cielo va a escuchar”).

La segunda parte del álbum presenta un ritmo más pausado -mediante la implementación de un atractivo clima psicodélico- con temas como “Susanitas(con el espectacular contrabajo de Jano Seitún en primer plano)y “Kari se va” (una maravillosa canción sensitiva e hipnótica). En seguida, “Rendición” -junto al talentoso músico brasileño Moreno Veloso- establece un mágico segmento contemplativo. El espíritu trasgresor de la banda queda reflejado en canciones mágicas y coloridas como “Cuadradito”, “Como un niño” y “Otro ritmo”, la séptima canción del disco, una fantástica melodía que a partir de una excelente intro de ritmos ascendentes y voces al unísono invita a danzar y disfrutar (“Y lo mejor va a ser que bailemos juntos/porque así bailamos mejor”).

Párrafo aparte merece “Forma de Mujer”, una rumba llena de sensualidad, belleza y profundidad romántica que mediante la pureza de ritmos latinoamericanos junto a estribillos cautivantes dan lugar a una extraordinaria celebración musical. Una canción para bailar hasta el amanecer.

Con “Magma Elemental”,  Onda Vaga deslumbra, reflejando la perfecta integración musical que nuclea el disco. El resultado son trece canciones que permiten iniciar una aventura sonora al ritmo de múltiples géneros, gracias a una armonía -en términos de conexión auditiva- que comulga con el talento y la grandiosa capacidad compositiva del quinteto. Un álbum que florece y atraviesa recorridos sonoros impactantes con creatividad, frescura y espontaneidad.//z

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