Federico y Agustina nos cuentan detalles de su nuevo disco, la movida uruguaya y las pizzas de Buenos Aires.

Por Santiago Berisso

Las canciones estaban. Ocurría que no había banda que las tocara. Federico Morosini es un joven de la ciudad de Motevideo que entre 2009 y 2013 asegura haber compuesto cerca de 200 canciones. Una mente inquieta que no veía en el ámbito escolar obstáculo alguno para seguir escribiendo. Entre partidos de Pro Evolution Soccer, una banda se fue formando con el simple deseo de divertirse. Juampi tocaba la guitarra en una banda que hacía covers de Los Beatles. Marce apareció después y ya con alguien golpeando los parches dejó de ser “una banda de una sola persona” para transformarse en una “casi de verdad”. Finalmente, antes de entrar a grabar se sumó Agustina en el bajo.

Julen y la gente sola empieza a plantearse objetivos con el propósito de cumplirlos. Acción que, en cierto modo, ratifica la existencia de una banda. No su seriedad, pero sí su común denominador. Hoy en día se encuentran presentando su primer y homónimo LP que cuenta con diez canciones que muestran una clara fermentación en el desencuentro adolescente a través de la perezosa voz de la que se adueña Federico y un sonido que viaja entre una oscura suavidad, que por momentos remite a lo hecho por Mazzy Star o Galaxie 500, y el nervioso agite del noise.

La cita porteña será en el mes de abril, aún con escenario a confirmar, pero con la certeza de llevar un disco bajo el brazo.

AZ: Ustedes se describen a sí mismos como “una banda que hace canciones”. La línea fronteriza entre los géneros va perdiendo fortaleza, ¿Creen que puede se va poder usar es misma línea difusa a la hora de querer definir al formato canción? ¿El sentirse dentro del género de la canción se acerca más a un anhelo de sentirse dentro o fuera de algo?

Agustina: Nosotros nos definimos como “una  banda que hace canciones” porque no reivindicamos, en principio, ningún género en particular. Nuestra prioridad, a la hora de componer son las propias canciones y lo que ellas necesitan o creemos que necesitan. Tocamos la música que nos gusta, porque es lo que escuchamos de otras bandas o músicos y lo que nos gusta hacer, entonces en nuestras canciones están las influencias de todos mezclados.

Federico: Sólo las canciones nos van a salvar. Agus ya lo dijo todo, pero yo quería tirar una de esas máximas que sirven para título de entrevista.

AZ: Para lograr el resultado final, entre grabación de  la parte instrumental, voces y la masterización trabajaron en tres estudios diferentes. ¿Por qué?

A y F: Porque fueron tres momentos distintos de grabación: lo primero fueron las baterías, que era lo único que no íbamos a poder grabar en el apartamento de nuestro productor, las grabamos en Feel de Agua que es el estudio de Fabri, un amigo. Todo lo demás (bajo, guitarra y voces) lo grabamos en lo de Ezequiel y finalmente algunas tomas de voces que no nos habían convencido en el medio del proceso de mezcla y producción y queríamos grabar de vuelta. Como Eze se había mudado a Buenos Aires, las grabamos en otro estudio con Diego, que se copó y no tuvo problema en darnos esa mano para terminar. Después el master lo hizo Guile en su estudio Basurita. Es un campeón mundial y se ganó el cielo con el laburo que hizo.

AZ: ¿Creen que se han permitido cierta libertad, una mayor naturalidad a la hora de crear, por tratarse de un primer LP o una primera producción con todas las letras exige cierta disciplina y rigurosidad de modo de no comenzar con un paso en falso, por decir de una manera?

F: Yo vengo componiendo desde 2009 y las últimas canciones que entraron en el disco las hice a principios de 2013. En ese periodo habré hecho al menos 200 canciones, sobre todo los primeros años en que era lo único que hacía. Las canciones que separé para tocar con Julen… cuando arrancamos eran las que yo creía mejores y más se adecuaban a tocar como banda. De principio conmigo mismo me puse cierta rigurosidad con las canciones que elegí para la banda y después junto con Eze fuimos aún más rigurosos con las que elegimos para grabar. Pero al momento de hacerlas el proceso creativo fue libre y natural, como el de cualquier pibe de 18 años que empieza a hacer canciones sin pretender mucho más que el hecho de que existan.

AZ: Empezaron a grabar el disco sin un miembro fijo en la banda. Agustina se sumó luego. ¿Esto afectó de algún modo a la banda y la realización del disco?

A: Ya estaba planeado que el disco tuviera arreglos de bajo antes que yo empezara, los iba a grabar Ezequiel. Pasó que me incorporé al grupo justo cuando estaban por arrancar las grabaciones en su casa, por lo que me invitaron a hacer los arreglos para el disco, ya que estaba y que tenía que aprenderme las canciones de todas maneras.

F: Ella llegó y se adaptó como si tocara las canciones desde siempre o las hubiese compuesto con nosotros desde un principio, y al mismo tiempo las potenció por mil. Fue realmente hermoso e increíble.

AZ: ¿Qué lugar dirían que ocupa el dream o noise pop hoy en día en Uruguay? ¿Se puede hablar de una escena instalada o al menos emergente?

F: Dentro de la escena independiente-alternativa donde nos movemos hay algunas bandas que lo hacen muy bien, como Carmen Sandiego, Alucinaciones en Familia, O’Neill, pero no podemos decir que sea una escena aparte instalada. Lo que pasa mucho acá es que al ser tan chico todo, te juntas con bandas que por ahí musicalmente no son similares o con las que no compartís tantos gustos, pero sí la forma de laburar y el pensamiento de cómo deberían hacerse las cosas. Nosotros con bandas amigas de nuestra generación armamos un sello colectivo, Estampita Records. Tenemos un compilado dando vueltas por internet y si lo escuchás te das cuenta de que hay cosas muy diferentes entre sí y eso también está bueno.

AZ: ¿Cuánto tiempo les tomó la grabación del disco desde que entraron hasta que salieron con el producto terminado?

A y F: Año y medio. Lo grabamos de forma bastante intermitente porque Eze estaba haciendo muchos discos a la vez y también viajaba bastante a Buenos Aires. Igual lo queremos mucho, es un gran productor.

AZ: ¿Qué lugar ocupa hoy la ciudad de Buenos Aires para el rock uruguayo? ¿Creen que ha cambiado en algo esta relación en los últimos años?

A: Buenos Aires siempre fue un lugar con muchas oportunidades para los músicos uruguayos, porque nuestro país es bastante chico y corto, a veces. Entonces, es un tremendo paso poder ir a tocar allá. Ahora, en los últimos diez años, muchas bandas uruguayas han ido y les fue muy bien, y es re estimulante para el resto de las bandas saber que hay puertas abiertas allá.

F: Hay pila de bandas que me gustan hace bastante tiempo y la forma de tocar con ellas es viajando. Soy muy fan de las movidas que armaron los sellos independientes de allá como Laptra o Fuego Amigo entre otros, entonces poder ver eso de cerca también es divertido. Además es muy estimulante la oferta gastronómica de Buenos Aires. La pizza es muy rica y hay una gran variedad de alfajores. Mi misión es probarlos a todos.//z