Flopa y Valle de Muñecas se reunieron en una fecha especial la noche del viernes 24 de agosto en La Trastienda Club.

Por Emmanuel Patrone

Fotos de Nadia Guzmán 

“Esta fecha es muy especial porque nos queremos mucho”. Sin mayores rodeos, la sentencia de Flopa Lestani, promediando su set de apertura, aclaró a los asistentes de La Trastienda de qué se trataba la doble función que ya estaban disfrutando desde las 23:30, cuando con “Huecos”, canción de su álbum Emoción homicida (2008), la ex Mata Violeta provocó que los parlantes del club de la calle Balcarce empezaran a vibrar. La acompañó una banda de lujo ( “Manza” Esaín -con quien compartió el proyecto Flopa-Manza-Minimal junto a Ariel Minimal-, su hermano Luciano en batería y el bajista Federico Ghazarossian), por lo cual las canciones, a diferencia de sus contrapartes originales, cobraron un matiz eléctrico y con una dinámica propia de una banda de rock. Esto hizo no sólo que aquellos temas de su cosecha que ya poseían algún espíritu guitarrero suenen incluso más poderosas (tal como “Esta canción va a terminar mal”) sino que aquellas que en las grabaciones originales vestían trajes mayormente acústicos mutaran a números previsiblemente más enchufados (como son los casos “Días y ensueños” o “Ilusión”).

En lo que sería una de las varias visitas al disco homónimo de 2003 del triple tándem Flopa-Manza Minimal hizo su aparición “Debajo del álbum blanco”, hacia el final de la lista de temas de Lestani, que tras un pequeño amague a retirarse del escenario para forzar la tradición del bis, finalizó después de un poco más de media hora de espectáculo con “una canción que vamos a tocar porque me gusta mucho”, que resultó ser un cover de “Mr. Spaceman” de los Byrds. “Ahora toca la mejor banda contemporánea del universo”, anunció Flopa, antes de perderse detrás de las cortinas del escenario de La Trastienda, aunque uno ya podía presentir que no sería la última vez que la veríamos frente a la audiencia esa noche.

Media hora había pasado de la medianoche, y el público, que luego del set de apertura caminaba distraídamente, charlaba o iba en busca de alguna cerveza en latita, atendía nuevamente sus ojos hacia el escenario al apagarse las luces. Un haz de feedback asaltó los oídos y, microsegundos después de que el telón se reabriera, Valle de Muñecas inició su set, que se extendería hasta la 1:30 de la madrugada. “Respuestas”, el primer track del trabajo debut del cuarteto –Días de suerte-, encabezó la lista, al que fue inmediatamente acompañado por “Dejadez”, otra de las composiciones registradas en Flopa-Manza-Minimal. A partir de allí, la lista se compuso de canciones de diverso origen, ejecutadas con la característica precisión power pop de la agrupación de los Esaín, en la que la formación guitarras-bajo-batería cumplió con el fin de hacer subir el voltímetro del lugar.

Los tres discos de estudio, Días de suerte, Folk y La autopista corre del océano hasta el amanecer, tuvieron sus respectivos representantes, desde las pluviales “Ni un diluvio más” y “Gotas en la frente” del último disco, pasando por la encarnaciones eléctricas de “Vamos al cine” y “Tormentas” (de Folk). Una composición de Menos Que Cero, la anterior agrupación de Manza, “Kodak 74” se filtró una vez más en la lista, que fue dedicada a “todos aquellos que la escucharon tocar las primeras veces”. Entre agradecimientos con ojos empañados producto de la emoción y oficiando de “voz del estadio” para notificar sobre objetos perdidos que, en caso de no aparecer el dueño, pasarían a formar parte de la colección personal del grupo (al menos así se advirtió de manera burlona), el cantante y guitarrista despejó el presentimiento latente e invitó a su compañera de aventuras Flopa a subir al escenario para una versión intensa de “Sonajeros”.

“No necesito tanto…”. Un grupo de fans comenzó a corear el estribillo de “Autosuficiente” antes de que Valle de Muñecas empezara su bis. Con una mueca amigable en su rostro, Manza, un poco lastimosamente, tuvo que dar una mala noticia: “¡Justo esa, no!”. Para la culminación de la velada, en cambio, hicieron su presencia “Rutina especial” y “Días de suerte”, que seguramente dejaron, de todas formas, conformes a los que se quedaron sin su pedido. Por lo menos, a Flopa se la veía con una sonrisa amplia, saltando entre el público, cerca del escenario desde donde sus amigos perpetraban las últimas notas de la noche.