Luego de ocho años sin lanzar nuevo material New Order regresa con Lost Sirens, un álbum que recopila canciones que quedaron fuera de Waiting for the Sirens Call, el último disco que editó la banda en el año 2005.

Por  Nayla  Madia

Hablar de New Order implica considerar la historia de una banda con un gran legado musical: uego de la muerte de Ian Curtis, los ex integrantes de Joy Division Bernard Sumner (guitarra, teclados y voz), Peter Hook (bajo) y Stephen Morris (batería), decidieron formar un nuevo conjunto. Inicialmente, la banda mantuvo el sonido punk-rock que los caracterizaba, pero con el correr de los años la música de New Order comenzó a evolucionar y tomar vuelo propio a través de sonoridades más cercanas al  Synthpop, la música electrónica y el New Wave. A partir de allí, el éxito llegaría con discos como Power, Corruption & Lies(1983), Low-Life (1985), Brotherhood (disco que incluye el popular single “Bizarre Love Triangle”, lanzado en el año 1986), Technique (1989), Republic (1993) y Get Ready (editado en el año 2001).

Los años posteriores estuvieron rodeados de numerosos conflictos por los derechos de autor del grupo. En 2005 la banda editó Waiting For The Sirens Callen el marco de polémicas y escandalosas declaraciones por parte de Peter Hook. A partir de allí, el destino del grupo comenzó a ser cada vez más incierto.

Sin embargo, en el año 2011, cuando los fans comenzaban a temer una definitiva disolución de la banda, el grupo de Manchester inició una gira que incluyó una visita a nuestro país en el estadio Obras. Ahora, a casi 2 años de aquel show, New Order vuelve a sorprender con un álbum que, si bien no contiene nuevas creaciones, al tratarse de temas inéditos y rarezas seguramente se  convertirá en una verdadera joya para los fanáticos de la banda, ya que una de las particularidades de este nuevo LP tiene que ver con que fue grabado antes del momento en el que Peter Hook se alejó de la banda. Por ello, Lost Sirens es un álbum que al escucharlo genera la sensación de abrir una especie de capsula del tiempo.

“Recuerdo que una vez Martin Hannett tuvo la idea de hacer un disco y enterrarlo en su jardín, para que un día alguien lo desenterrase. Nosotros acabamos con este disco metido en un armario y ahora lo sacamos. Cuando hicimos Waiting For The Sirens Call tuvimos veinte ideas para las canciones –estábamos pasando por una fase particularmente prolífica – pero no pudimos hacer un álbum doble con todas ellas, así que pensamos en hacer dos. Cuando recientemente recuperamos Lost Sirens del armario, con la intención de reeditar algunas de las canciones, todos estuvimos de acuerdo con que solo había que sacarlas. Así que aquí están”, señaló el baterista Stephen Morris.

El disco inicia con “I’ll Stay With You”, un tema que mantiene la clásica esencia musical de la banda con una melodía suave que se complementa con un estribillo en tono romántico: “I’ll stay with you/ Till hell freezes over/ We’re at to each other/ Like sister and brother” (“Me quedaré contigo hasta que el infierno se congele. Somos el uno al otro como hermano y hermana”).

A continuación, “Sugarcane” abre el panorama musical con sintetizadores potentes y un ritmo que roza la música electrónica a partir de sutiles destellos de música bailable instaurando fantásticos matices ochentosos. Los teclados se destacan en canciones como “Recoil”, “I´ve got a Feeling” y “Shake it Up”, canción que comienza con una espectacular base rítmica, creciendo lentamente hasta colocar la batería en primer plano. A ello le sigue “Californian Grass”, en la cual las guitarras salen a relucir y están más presentes que nunca. Luego llega “Hellbent”, tema que también se encuentra en el compilado Total from Joy Division to New Order. Probablemente, esta sea la gran perla de Lost Sirens. Una canción donde las  inconfundibles líneas de bajo de Peter Hook marcan el sonido con una fuerza arrasadora, mientras  Bernard Sumner  canta como nunca y nos hace sentir que el tiempo se detiene.

Finalmente, “I told you so”, la última canción del disco, presenta aires psicodélicos, que por momentos parecen acercarse al sonido instaurado en la década del sesenta por el grupo neoyorkino The Velvet Underground: efectos de dub y dancehall junto a coros le van dando color a una melodía cargada de misticismo.

A través de estas ocho canciones, el grupo mantiene un clima parejo a nivel sonoro, con canciones amenas, que, por momentos, al oírlas provocan en el oyente cierta nostalgia y logran rememorar los años de apogeo de la banda. Este nuevo LP demuestra que el grupo británico -que logró revolucionar la música en la década de 1980 y principios de 1990- aún  tiene mucho más por ofrecer y puede seguir brindando un sonido fresco y enérgico.

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