Hablamos con el artista uruguayo sobre su último trabajo, la potencia de sus shows en vivo y el diálogo entre las distintas disciplinas en su obra.

Por Francisco  Ocampo

Dani Umpi comenzó su trayectoria solista con Perfecto en el año 2005. Pero antes y después, cultivó una carrera fructífera que se nutre de un espectro amplio de manifestaciones artísticas: la literatura (novelas, cuentos y poesía), el arte visual y una fuerte impronta performática, teatral, que se traduce en el espíritu de sus shows en vivo. A su vez, su obra ha sido adaptada a otros lenguajes como el cine y la dramaturgia: recordamos, por ejemplo, la fantástica novela Miss Tacuarembó, cuya adaptación estuvo a cargo de Martín Sastre y contó con actuaciones de Natalia Oreiro, Mike Amigorena y música de Ale Sergi (con quien Dani ya había colaborado en su debut de 2005). Pero mucho antes de eso, diversas publicaciones de relatos cortos, en editoriales independientes y autogestivas como la mítica Belleza y Felicidad, construyeron parte de su creciente reconocimiento literario. Y en este sentido, no dejamos de lado tampoco su actividad como colaborador en medios como el suplemento SOY de Página 12, donde ha publicado numerosos artículos de opinión sobre arte y cultura LGBTIQ+.

Lechiguanas (2017), el último lanzamiento musical del artista uruguayo multiforme, se parece mucho más a una cosecha de la siembra multidisciplinaria que a un simple disco de electropop actual. Es cierto: desde hace catorce años, quienes conocemos su quehacer musical sabemos qué biomas predominan en el mundo de sus canciones, en lo que a géneros musicales respecta. Pero quizás la novedad que Lechiguanas trae a la música presente, tanto de Dani Umpi como de sus contemporáneos, es ser la traducción más fiel de una madurez artística, constante y progresiva a un lenguaje pop preciso, oscuro y luminoso, dependiendo de la ocasión. Y es más: por ser “pop”, por ser digerible, no deja de tener una arquitectura compleja por detrás, disimulada por esta manoseada etiqueta del “pop” que usualmente sirve como una fachada para ocultar más de lo que muestra. En los papeles, estamos hablando de su disco más logrado.

Y no es sorpresa que, como el mismo Umpi señala, sea un disco que le haya traído alegrías: recientemente, la presentación en el teatro Margarita Xirgu fue una prueba de ese carácter y de esa consolidación digna de ser celebrada. Charlamos con Dani sobre su actualidad, en el contexto de la reciente presentación del disco en el mítico teatro de San Telmo, sus participaciones en el BAFICI y ArteBA y su próximo show, en la disquería Mercurio este Sábado 20/4, cerrando la muestra “La Fragilidad Acorazada”, que actualmente y hasta esa fecha se puede visitar en la disquería del Patio del Liceo.

AZ: ¿Qué te dejó la presentación de Lechiguanas en el Xirgu? ¿Cómo viviste el show, por el que desfilaron distintas propuestas invitadas?

DU: Es un teatro que me encanta porque tiene una mística de antaño, potenciada por un sonido muy de ahora, y por eso quisimos armar una especie de discoteca con Carisma y Agustín Ceretti pasando música. No paraban las invitadas en el escenario. Fue como una fiesta de cumpleaños o de fin de curso. Me encanta ese clima.

AZ: ¿La respuesta de la gente fue la que esperabas? ¿Cómo repercute en el público la impronta de Lechiguanas?

DU: Es un disco que me viene dando muchas alegrías, sobre todo por el público que se pone eufórico y canta las canciones con pasión. Desde un primer momento superó mis expectativas, así que cada show es como un nuevo “guauuuuu”. No sé bien qué fibras toca en la gente a la que le gusta pero supongo que es un efecto saludable.

AZ: Hace mucho que participás (debido a tu carácter multifacético) en espacios no estrictamente musicales con tu propuesta artística, tales como el BAFICI o ARTEBA ¿Cómo sentís que dialoga tu arte musical en esos contextos?

DU: Son espacios que uno va habitando. Algunos están más legitimados que otros o con legitimación móvil, pero el proyecto personal, la obra propia, no siempre tiene vida acotada a un contexto en particular, único. Creo que debe transitar por diferentes espacios, escenarios, paredes y miradas para no estar atada a un circuito endogámico. Hay que transitar, hacer puentes, encontrar nuevos espacios, reapropiarse de los que se pierden o los que ya están, crecer, volver, agarrar para otro lado. Pienso de esa manera, una cosa móvil donde todo se potencia porque si no se te paraliza mucho la obra, y te enviciás en una sola zona de confort de laureles triunfantes, o de queja e inconformidad constante, que te impide tener una mirada pragmática y esperanzadora de tu trabajo a futuro.AZ: ¿Qué consecuencias tiene en tu música el hecho de ser un artista con un fuerte abordaje interdisciplinario? ¿Cómo repercute, a su vez, la traducción de tus obras (Miss Tacuarembó o El vestido de Mamá) a otros lenguajes como el cine y el teatro?

DU: Es una de las experiencias más interesantes porque cuando das lugar a otros trabajos, como que esa obra o esa pieza sigue su rumbo, su vida, alguien la mira con otros ojos, hace otra cosa a partir de ella. No se pierde la pulsión de vida, no está acabada y no se queda en la reproducción estática, por eso están buenos los remixes, las versiones, las adaptaciones, las traducciones.

AZ: Tu proyecto siempre tuvo una veta múltiple en cuanto cómo plantear el vivo, desde la banda hasta vos con pistas, o tus colaboraciones en formatos alternativos con Adrián Soiza o, más recientemente, Ignacio Herbojo. ¿Qué significa para vos explorar diferentes formatos a la hora de mostrar tus canciones?

DU: Es importantísimo porque, aunque me encante la discoteca y el electro de pista, no voy a estar todo el tiempo en esa. Es como estar encerrado en una casa. Siento que me nutre mucho salir, colaborar con gente con la que siempre tuve afinidad o que recién conozco. Como que con cada uno voy encontrando un tono y lo profundizo. Los encuentros con otros artistas son siempre sorprendentes porque vas conociendo otras formas de componer, interpretar, complementar y ahí está la gracia. //∆z

*Dani Umpi se presenta este Sábado 20/4 a las 18 hs. en Mercurio (Av. Santa Fe 2729), gratis, en el cierre de la muestra “La Fragilidad acorazada”.