Charlamos el pasado domingo con Roberto Musso y Alvin Pintos, de El Cuarteto de Nos, en el marco del Festival de la Juventud en San Isidro.

Por Joel Vargas

Fotos de Martín Benavidez

Un par de rimas irreverentes te hacen dar cuenta que estás escuchando al Cuarteto de Nos, banda oriunda de Uruguay que cuenta con esa impronta rapera rioplatense. Verlos en vivo, junto a algunas personas que no los conocen, y ver cómo después los aplauden a rabiar, demuestra que desde hace cuatro años esta banda está pasando por un gran momento. Hacen fans en segundos.

Antes de que tocaran ellos, se destacaron con shows contundentes: Fidelcomiso, prometedora y ascendente banda de ska que hizo bailar a todo el público, y Edu Schmidt, ex cantante de Árbol, que sigue presentando su disco solista “El Silencio es Salud” (2009). Es una lastima que Edu no este más en la banda oriunda de Haedo, les hace bastante falta su carisma y su capacidad de ser multiinstrumentista. ¡Mi vieja mula ya no es lo que era!

Como ya es costumbre, parece ser que en el Municipio de San Isidro les gusta dividir al público (tal como hizo Spinetta en su último gran concierto), ya sea con muros o, esta vez, con vallas, instaurando una suerte de sector Very Important Person para funcionarios municipales que ni sabían el nombre de la banda (“Banda de Nos”, se escuchó por ahí decir). En la organización había más burocracia que en un trámite del registro civil. “Esto es privado”, decían los de seguridad. Alta paradoja: llamar privado a lo municipal, que en realidad es público. En San Isidro todo puede pasar, hasta un Festival de Rock con más policía que un Tigre-Lanús. Otra paradoja: “Pogo controlado” (cualquier parecido con el video de Edu Schmidt “El Silencio es Salud” es pura casualidad).

Volvamos al Cuarteto, que abren el show con “Mírenme” y todos los miran. Entre los cinco que conforman la banda se destacan el MC rabioso Roberto Musso, que con el correr de la lista pasa de ser Clark Kent a Superman: un oficinista despojado de piedad que se convierte en estrella de rock, disparando contra todos y todo con sus líricas perfectas. Punk rimado. El bajista Santiago Tavella se roba la atención de los presentes cuando canta los temas “El Karoke de mi noviecita” y “Pobre papá”, derrochando elegancia hasta convertirse en un latin crooner de baile preciso. Alvin Pintos, batero, agarra el micrófono y parece un capocómico por las ocurrencias que tiene: “hagan un círculo triangular por allá”, le grita al público.

“El Cuarteto a veces es Raro y a veces es Bipolar”, dice Musso antes de que suenen los primeros acordes de “Bipolar”. Eso son, son BiPop, doblemente pop.

AZ: ¿Qué repercusiones les trae tocar en Buenos Aires y que la gente los reciba de este modo, con tanta pasión?

Roberto Musso: No, la verdad, mirá que estar acá en Buenos Aires es como estar en Uruguay prácticamente ¿no? Porque somos muy parecidos, tenemos los mismos códigos, el mismo lenguaje, el mismo doble sentido que manejamos (que en el Cuarteto es importante) y cuanto más venimos para acá, más nos sentimos como en casa. Esto es como un apéndice más de Uruguay. La gente es super recontra amable. Sabemos que en estos festivales hay mucha gente que nos ve por primera vez, porque se nota, pero con un respeto terrible ¿viste? Muy bueno, la verdad.

Alvin: Yo pensaba eso ¿no?… es raro porque nos sentimos como en Uruguay ahora, acá, es como que pasamos a ser… como que se agrandó el Uruguay. Buenos Aires es un departamento más, porque nosotros le decimos departamento. Es esa sensación de que tenemos amigos, tenemos gente que nos conoce ya de otras veces. Es diferente, yo que se, a Mendoza ponéle o lugares que obviamente son diferentes…

AZ: Este es un país muy grande…

Alvin: Es muy grande, claro. Como que en Uruguay es un poquito más rápido, a nosotros nos llevó muchos años pero igual, este es re grande…

Gustavo Antuña demuestra con sus solos porqué lo eligieron para reemplazar a Riki Musso en la guitarra. Roberto lo besó en la cabeza en varias oportunidades, aprobando las delicias auditivas que salieron de la viola del Topo. Junto a las intervenciones de Santiago Marrero en los teclados, armaron una pared sonora difícil de tirar. Aunque, de algún modo, necesitaron dos personas para reemplazar a Riki Musso.

AZ: ¿Qué se siente no tocar más con tu hermano y cómo se sienten como quinteto?

Roberto: Mirá, ya con Riki tocamos la última vez hace dos años, ya hace una bocha de tiempo. Fue un momento como complicado, en realidad. Pero si lo ves un poco en retrospectiva como que fue… le dio una energía distinta a la banda. A veces los cambios son positivos ¿viste? cuando se tienen que dar. Y no se qué va a pasar en el futuro. Riki como que también forma parte del Cuarteto de Nos ¡es él!, somos los cuatro. O sea que capaz mañana somos un sexteto, quinteto o cuarteto, así que está todo bien abierto.

Con el correr del show, los dobles sentidos dicen presente con “Nada es gratis en la vida”, “Así soy yo”, “Ya no sé qué hacer conmigo” e “Invierno del ´92”. La gente que antes creía que el grupo se llamaba “Banda de Nos” reconoce los temas y baila, tímidamente, pero baila…

AZ: ¿Cómo se sintieron con la filtración de unos temas en Taringa, antes de que saliera el disco Bipolar?

Roberto: Fueron unos cuantos temas pre-mezclados. Viste que cuando vos grabás un disco, cada uno se lleva su pen-drive a casa. Alguno quedó en algún lugar que no debía, alguien lo subió y pusieron unas versiones que eran las no terminadas. En realidad, a nosotros nos pareció un poco… perdimos la sensibilidad de la gente que conoció las versiones no terminadas de las canciones. Después, si está terminado el disco, está todo bien…

AZ: ¿Entonces no están en contra de las descargas ilegales?

Roberto: No, para nada. Además El Cuarteto es una banda que se está haciendo conocer en lugares más allá de Uruguay y Argentina, si no fuera de esa forma, no llegaríamos (risas).

Juan Campodónico, de Bajofondo, es el productor del Cuarteto hace ya un par de años. Los exprimió y sacó el mejor jugo de ellos.

AZ: ¿Qué se sintió trabajar con Juan Campodónico en Bipolar? ¿Fue fan de ustedes?

Alvin: Fue fan de nosotros y después nos corrigió en una recopilación que hicimos de temas viejos, “El Cuarteto de Nos”, la tapa de la heladera. Después ya trabajamos en “Raro” y como que este es un pasito más que dimos. Está muy bueno trabajar con él.

AZ: En pocas palabras, ¿qué sensaciones les deja esta noche? ¿Qué fue esta noche?

Alvin: Toque de verano re lindo, tipo toque de verano de allá. Una cosa así con mucha gente que no nos conocía y nos veía por primera vez y les sonaban canciones y decían “ah mirá, son aquellos”. Una cosa así…

El show termina con “Me Amo” y con el hit “Yendo a la casa de Damián”, que fue nominado al Grammy latino en el 2006, como mejor canción de rock. De grupo de culto a referente del rock latino, sin escalas.

Por su parte, el festival terminó con Los Cafres repasando todos sus hits y con su cantante, Guillermo Bonetto, diciéndole al sector Vip: “Allá abajo no la están pasando muy bien” (…) “también pueden cantar”. El que calla otorga, ¿no?