Primal Scream se muestra renovada con More Light, y demuestra porqué sigue siendo una de las mejores bandas del mundo.

Por Nahuel Ugazio

Corren aires nuevos y muy frescos en Primal Scream. En su primer disco en cinco años, el primero con un Bobby Gillespie sobrio de drogas y alcohol, y con la incorporación de la bella Simone Butler en reemplazo del histórico Mani en el bajo, la salida de uno de los mejores trabajos de su discográfica los vuelve a posicionar en el lugar que merecen, una de las mejores bandas del rock del mundo.

Primal Scream siempre fue un grupo rebelde, no solamente en lo que respecta a la actitud (Bobby Gillespie como el último rockstar) sino en cuanto a lo musical. Desde sus inicios, una de las improntas de los escoceses fue cagarse en lo establecido, y adentrarse en experimentar nuevos horizontes musicales y abrir esas puertas a otras bandas. Así podemos repasar una discográfía repleta de zigzageos entre estilos, géneros, olas o como quieran llamarlos. Desde el rock clásico, hasta el house, la electrónica, el gospel y la psicodélica, los Primal dejaron en claro que cualquier bondi les iba bien, y siempre (o casi siempre) llegaban a buen destino.

More Light viene a compilar todo lo mejor de aquellos viajes de Primal Scream. Cada uno de los momentos donde mejor sonaron, donde estuvieron mas cómodos y (por lo tanto) los más recordados, están presentes en este discazo.

“2013”, el tema que abre el disco es un doble manifiesto. El primero, político. El mundo actual y la crisis europea a través de los ojos de Bobby Gillespie. Por su parte el segundo manifiesto es más musical: nueve minutazos de un rock hipnotizador, con la banda sonando a pleno y una pequeña ayuda de sus amigos (Kevin Shields). La canción es también un homenaje al rock que los influenció: la psicodelia, el glam (el saxo es deudor del primer Roxy Music), hasta el garage.

“Culturecide” es un hip hop blanco, quizás lo mas cercano al sonido contemporáneo, con la influencia LCD Soundsystem a la cabeza.
“Hit Void” es un post punk lisérgico. Sin dudas Kevin Shields estuvo metiendo mano en el sonido atmosférico del track. El post punk sigue presente en la versión libre del “Goodbye Johnny”, de The Gun Club.

En la línea del blues, “Elimination Blues” es un punto alto. No solamente por contar con Robert Plant en los coros, sino por su sólido sonido casi mántrico. Un momento mágico. “Relativity” nos lleva a uno de los instantes más controversiales de su discografía: la época XTRMNTR. Este rock electrónico industrial y caótico, deriva de pronto, en espacio repleto de elementos acústicos. La bipolaridad hecha canción.

“Invisible City”, es la parte de la dosis de rock que siempre nos hace bien, siendo uno de los puntos altos de la placa. Los Primal Scream jugando a los Rolling Stones de Some Girls, y divirtiéndose

El final de la placa, con el ya clásico “It’s Allright, It’s Ok” parece ser un canto de alegría ante un trabajo maravillosamente hecho. Los Primal Scream son concientes de que acaban de lanzar uno de los mejores discos, y lo celebran. Y nosotros también.//z

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