La Perla Irregular está de vuelta con su esperadísimo nuevo disco, América. Bellos arreglos de cuerdas y la voz prodigiosa de Pablo Vidal vuelven a trazar el rumbo de una banda que sigue su propio camino en el circuito indie local.

Por Damián Jarpa

Obviando cualquier introducción, y sin siquiera pedir permiso, comienza el álbum. La primera canción en este caso es “El Aprendiz de Brujo”, que exhibe a grosso modo el clima del disco y al mismo tiempo desnuda su complejidad, dulces y agudos coros, empalagosos arpegios, vibrantes trompetas, violines, violas y teclados Hammond suenan a diestra y siniestra, cumpliendo a rajatabla la fórmula de la psicodelia. apegádonse de manera absoluta al formato canción más conservador.

El álbum prosigue con “Guantes de mimbre y Luz”, que impacta por su pegadiza melodía y a la vez por su simpleza, entre tanta complejidad, el Hammond al frente y la guitarra. Acompañado por un sutil violín. Nada más. “Carta al Dolor” es una desgarradora canción que evoca a la clemencia y la esperanza.

Tal vez el momento más conmovedor y frágil de un disco que, en general, exhala un halo reflexivo, por momentos demasiado distendido, apoyado en su mayoría en ensoñaciones melódicas y guitarras pastorales. La maximización de estas tendencias se ve reflejado en “Ella te ama (la mujer nueva)” que es psicodelia líquida.

Sin embargo, uno de los pasajes más logrados es el interludio bizarro bautizado “Descanso Vs. El amor de las ninfas”. Tranquilamente podría musicalizar un viaje interestelar. Y que le sienta muy bien al álbum. Volviendo al sonido de la banda, es psicodelia retro 60’s, se nota que estos muchachos mamaron desde temprana edad el amor por discos de Pink Floyd y Brian Wilson y sus Beach Boys, al igual que por Invisible y Sui Generis.

Nada está librado al azar. Casi todo está tocado con una tiránica precisión. A su vez le tenemos que agregar el ingrediente final: la voz líder y compositor total de Pablo Vidal, que rememora a un joven Spinetta y a Gram Parsons, aquel delicado cantautor americano, en partes iguales.

La banda capitaliza todas sus influencias de una manera tajante e implacable. Tal vez el único punto débil es la sobreproducción: el tener un sonido tan pulido y maquillado, le resta un poco de sorpresa y naturalidad. Pero de todas maneras, el resultado es contagioso, exultante y por momentos, sencillamente brillante.//z

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