Luego de María y la araña (2013), María Victoria Menis presenta Mi histeria en el cine, un documental íntimo, para resolver una disyuntiva personal: continuidad o cambio. A través de sus experiencias como cineasta, comparte detalles de la faceta menos glamorosa del trabajo cinematográfico.

Por Sofía Speca

María Victoria Menis describe al cine como “un amor que te hace daño” y está pensando en dejarlo. Así comienza Mi histeria en el cine, un recorrido introspectivo por las vivencias de la cineasta  argentina y sus dudas sobre su futuro profesional: ¿dejar de filmar películas para trabajar en una librería? ¿Cambiar lainestabilidad del mundo artístico por la rutina de un trabajo fijo? Con el objetivo de encontrar respuestas a estas preguntas y documentar una serie de notas fílmicas, Menis captura escenas de su vida cotidiana y conversaciones con su familia, en las cuales reflexiona sobre las posibilidades de cambiar de profesión luego de cierta edad, la relación de sus hijos con el cine, entre otros temas.

De la misma forma que la directora María Álvarez tomó su cámara para indagar sobre las gratificaciones que el cine brinda a sus espectadores, en el documental Las cinéphilas (2017), Menis adopta la cámara subjetiva para hacer foco en las dificultades con las que se enfrenta como cineasta y la frustración que generar no ver el esfuerzo de varios años de trabajo recompensado. La búsqueda de financiación para un film, los meses de grabación y los arreglos de la distribución,  para luego ver el trabajo desaparecer de las salas en la tercera semana de exhibición, es un ciclo que agotó a la directora y la lleva a pensar en despedirse del séptimo arte.

Las reflexiones entre el ruido de cubiertos chocándose y una pequeña discusión con su hija por el manejo de la cámara, se alejan de la delicadeza puesta en los trabajos anteriores de la Menis. Aún así, el documental tiene el sello propio de la directora. El juego con el sonido y la superposición de animaciones, en este caso de fragmentos de películas como Alicia en el País de las Maravillas, marcan una continuidad con sus anteriores trabajos, tales como La cámara oscura (2008) y lo convierten en algo más que un simple recorte de videos caseros.

“De lo pequeño y cotidiano no esperes grandes resultados” reza una de las notas fílmicas. Sin embargo, filmando conversaciones con su hijo y actor, Esteban Menis, sus padres y su esposo, antiguo productor de sus películas, quizás Menis haya encontrado una forma de canalizar su ansiedad y su camino para enamorarse de su profesión nuevamente. El remedio está en la enfermedad y la mejor manera de reconciliarse con el cine es con la cámara encendida. Su forma de abordar las problemáticas tratadas da cuenta del fin exclusivamente personal del trabajo; hacer catarsis más que una obra cinematográfica. La continua transición entre el tono dramático y cómico hacen de Mi histeria en el cine un documental entretenido, que bien podría titularse Find what you love and let it kill you.//∆z