Desde la niñez fascinada con Bowie y Michael Jackson hasta grabar a CocoRosie y trabajar en Abbey Road, un largo camino a través de la maraña de sonidos y texturas. La muerte del mp3, los sueños de grabar a Harrison y la pasión como combustible en esta nueva entrega.

Por Gabriel Feldman

Desde chico Nicolás encontró una fascinación por los sonidos. Flasheaba con los cassettes y los vinilos, y jugaba a armarse sus propios instrumentos con los equipos que encontraba en su casa. Cuando tenía ocho años escuchó Thriller y quedó hipnotizado.Al año siguiente Let’s Dance de Bowie redobló la apuesta, combinando una multiplicidad de recursos sonoros al servicio del baile. “China Girl”, “Rinochet”, “Criminal World” o “Cat People” acaso expliquen su gusto por hacer convivir  elementos oscuros con melodías o sonidos más infantiles.}

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Toca el piano, la guitarra, el bajo, pero lo que de verdad lo volvía loco era grabar. Terminó el secundario, y sin mucho entusiasmo empezó a cursar Diseño Gráfico. Cuando estaba por comenzar el tercer y último año, un amigo músico le pidió que lo acompañe a una charla en el Centro de Arte y Tecnología (CEARTEC). Después de la presentación decidió abandonar Diseño para convertirse en Técnico superior en sonido y Producción musical. La carrera rindió sus frutos al año y medio, cuando empezó a trabajar como asistente en los estudios Panda, y lo formó para ocuparse de las distintas etapas de la grabación con una cantidad descomunal de artistas (Ráfaga, Bandana, Los Tekis, Boom Boom Kid, Kapanga, Gustavo Cordera, entre muchos otros) y producir a La Armada Cósmica, Mompox, Rosario Ortega, por nombrar algunos, destacándose su labor junto a las muchachas de CocoRosie. Vivió en Los Ángeles y Londres para ampliar su formación, y tuvo la oportunidad de trabajar en los míticos estudios de Abbey Road. Cuando le tocó grabar Grey Oceans (2010) le dieron a elegir los lugares del mundo que en los que quería trabajar y terminaron grabando en una docena de estudios entre Francia, Australia, EEUU y Alemania. Ahora, mientras anda viajando por California encarando un nuevo proyecto con las hermanas Casady y ordena otro de música tradicional brasilera para un cliente en Hong Kong, se toma un tiempo para responder las preguntas.

AZ: ¿Cómo definirías el trabajo y el rol del productor artístico?

Nico: El esquema ideal para mí es cuando el artista trae una cantidad caótica de ideas, sonidos, melodías, formas. Parte de mi trabajo es ordenar, resaltar elementos y descartar otros. Canalizar ese potencial creativo. Muchas veces el artista también permite y desea que el productor colabore en la composición de la música, aportando ideas, tocando algún instrumento o creando nuevas melodías. En esos casos uno busca formas que se complementen con el estilo del artista. Mimetizarse en el modo de concebir la música. De esa manera no sólo consigo maximizar el talento del artista sino también aprender y nutrirme con cada proyecto. También el trabajo del productor incluye temas como manejar un presupuesto, calendario, y logística que implica una grabación.

nico

AZ: ¿Cuándo y por qué empezaste en esa tarea de productor, pensar la música en términos de producción artística?

N: A mí desde la infancia me fascinaban los discos, mas que ninguna otra cosa. Escuchar vinilos y cassettes es lo que hacía después del colegio. Trataba de fabricarme mis propios instrumentos. Me encantaba jugar con el sonido. Juntaba, desarmaba e interconectaba todo tipo de equipos. ¡Todavía no entiendo cómo nunca me electrocuté!

AZ: ¿Cómo fue tu formación?

N: Durante mi infancia estudié guitarra y piano pero al terminar la secundaria estuve un par de años probando otras carreras como periodismo y diseño. Tocaba el bajo en una banda y la guitarra en otra pero no me interesaba una carrera como instrumentista, compositor o rockstar. Me volvía loco grabar y lo venía haciendo de forma casera. De pronto encontré la carrera de Técnico de Sonido y Productor Musical en el CEARTEC y no dudé en abandonar todo lo demás y dedicarme a esto. La carrera duró cuatro años pero desde mediados del primero me recomendaron como asistente para los estudios Panda donde hice la parte más importante de mi formación. Al terminar mis estudios en CEARTEC viví un año en Los Ángeles y medio año más en Londres trabajando en distintos estudios. Sigo estudiando y aprendiendo constantemente.

AZ: ¿Un referente?

N: George Martin, ¡porque produjo a la mejor banda de la historia! En realidad todos son referentes, cada productor tiene su propia forma de trabajar y es muy interesante escuchar lo que hacen. Nigel Godrich, Rick Rubin, Jeff Lynne, Nile Rodgers, Quincy Jones, Lee Perry, Timbaland, Babyface, Pharrell, Danger Mouse, son algunos de mis favoritos. También tengo muchos referentes argentinos y con varios de ellos tuve la suerte de trabajar. Cachorro López, Toth y Guyot, Santaolalla, Rafa Arcaute, Breuer, Mollo, Cirilo Fernández, Matías Zapata, Juanito y El Chavez, Pablo Durand, por nombrar algunos.

AZ: ¿Cuál es el disco que te disparó la atención a nivel audio/producción? N: Thriller (1982), me hizo ver las estrellas. En el cole, en los recreos corríamos todos los bancos y bailábamos breakdance con ese disco. Yo tenía unos 8 años y me deleitaba con todos los arreglos y detalles. ¡Era hipnótico! Al año siguiente salió Let’s Dance de Bowie que también fue revelador. No entendía cómo podía sonar tan bien. Del lado del rock me impactó el audio de Back in Black de AC/DC e Hysteria de Def Leppard. Más adelante, el primero de Rage Against the Machine del ‘92 y Wildflowers de Tom Petty. También recuerdo que de muy chiquito escuchaba Sargent Pepper’s, cerraba los ojos y literalmente alucinaba.

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AZ: ¿Cuál dirías que es tu búsqueda cómo productor?

N: No sé cuál será la mía. Por lo general un denominador común en mis trabajos es que busco que convivan elementos muy deformes u oscuros con melodías o sonidos súper inocentes e infantiles. Me gusta el sonido cálido y analógico pero a la vez claro y definido. Me gusta que la música que produzco sea simple en su ejecución y compleja en todo lo que transmite emocionalmente. No me gusta la música atlética o muy técnica. No me gustan los solos como demostraciones de destreza.

AZ: ¿Cuál es tu filtro para elegir proyectos?

N: El filtro mío es muy simple: la pasión. Cuando un artista me cuenta sobre su proyecto apasionadamente, con el corazón, me puede. Sin siquiera escuchar la música ya me copo con el proyecto y me contagio de la energía, las ganas y el sueño de hacer ese disco. Cuando me llama un representante hablándome de números y con la idea de copiar a un estilo o una banda de moda, con un objetivo meramente comercial, no me entusiasma para nada.

AZ: ¿Cómo afecta la tarea de pensar un álbum con el hecho de que tal vez ese disco objeto en el que trabajaste sea el formato en el que menos se escuche?

N: No la afecta. Yo grabo en la mayor calidad y resolución posible e incluso los masterings los tengo en 24 bits 88KHz, 96 o 192. Creo y rezo para que pronto se extinga este formato ya viejo que es el mp3. El CD por suerte es un medio casi obsoleto ya también. Espero y empujo hacia un nuevo formato digital estandarizado de alta calidad. El tamaño de los archivos ya no es un problema como cuando se inventó el mp3. Todos podríamos estar escuchando los álbumes en la misma resolución que en el estudio de mezcla. El mp3 mata la dinámica, la profundidad, la apertura stereo, los graves, los agudos, la nitidez, el detalle. Por suerte todavía queda un puñado de locos que compran vinilos y muchos artistas están volviendo a editar en ese medio. Es maravilloso y ojalá siga creciendo. Devuelve el valor real que tiene una pieza fonográfica y aparte suena espectacular.

AZ: ¿Hay algún disco que volvés a escuchar, tipo oráculo para inspirarte?

N: En general no, pero si necesito un poco de inspiración extra escucho alguna canción de los Beatles. Son una fuente de luz infinita. Cualquier canción de ellos sirve de disparador para cualquier estilo de música.

AZ: ¿Un disco o canción que te llena de orgullo haber participado?

N: Me llenan de orgullo los discos que hice con Cocorosie. Es una banda que si no la hubiera grabado yo, sería fanático. Y haber grabado a Charly, a Mercedes Sosa y a Fabi Cantilo, son medallas que quedan en el corazón para siempre.

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AZ: ¿Algún disco que te hubiera gustado producir?

N: Me hubiera gustado producir un disco de George Harrison. Sus discos solistas tienen canciones maravillosas pero muchas veces no me gusta como fueron producidas. También me hubiese gustado producirle un disco a Spinetta.

AZ: ¿Algo más que quieras decir?

N: Gracias.//z

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