Con muchos estrenos y multipremiado internacionalmente, el cine argentino demostró este año que goza de buena salud

Carancho

Esta película narra la historia de Sosa (Ricardo Darín), un especialista en fraudes a compañías de seguro a través del aprovechamiento de accidentes de tránsito, que se enamora de Luján (Martina Gusman) una doctora que se dedica a atender emergencias en la vía pública. El submundo crudo y violento que habita detrás de las profesiones de ambos está mostrado no sólo con el realismo que caracteriza a Trapero, sino también desde la sutil exteriorización de la intimidad de los personajes en su cotidianeidad, como ya nos había mostrado en “Nacido y Criado”.

El Hombre De Al Lado

La Dupla Cohn-Duprat es casi una marca registrada en la televisión Argentina de la última década. Sin embargo, lograron esta obra puramente cinematográfica, profunda y poética. El film nos cuenta la historia de un intelectual “postmo” (Rafael Spregelburd) que se ve enfrentado a un hombre muy mundano (Daniel Aráoz, que dicho sea de paso, se roba la película) por cuestiones edilicias, que con el transcurso de la peli, se convierten en filosóficas y vivenciales. El film nos transporta a un lugar donde los “polos opuestos” comprenden que es más lo que se tiene que aprender del otro que lo que se debe confrontar. El detalle de color es que casi toda la historia transcurre en la casa Curutchet, diseñada por Le Corbusier para la ciudad de las diagonales.

Francia

Adrián Israel Caetano, uruguayo él, es quizá el máximo exponente del nuevo cine argentino. Esta vez nos trae una historia tan conocida como contemporánea: la de una pareja separada que, debido a su situación económica, se ve obligada a seguir compartiendo el mismo techo con una hija de 12 años. El film resalta lo extraordinario de cada gesto cotidiano de la pareja, de sus peleas, desencuentros y reconciliaciones, reflejando la universalidad de la naturaleza humana a través de las pequeñas acciones de los individuos que conforman un seno familiar y cómo la realidad social de un país afecta indefectiblemente a cada uno de los miembros de la sociedad. Filmada con su clásico sello “neorrealista”, Caetano nos presenta una película con la cual resulta imposible no identificarse con personajes y/o situaciones y reflexionar acerca de nuestras propias vidas, algo que sugiere film tras film.

Pájaros Volando

Nuevamente, el tríptico Montalbano, Capusotto, Luque, nos lleva a una aventura más desopilante y graciosa que la primera, sobre todo con un estilo mucho más cinematográfico. José (Capusotto) llega a una comunidad hippie en Córdoba, donde se frecuenta el contacto con seres de otros planetas. Esto sirve de punto de partida, no solo de situaciones disparatadas, sino también de reflexiones filosóficas en torno a la relación entre los seres humanos y el universo, que si bien son tomadas con humor no lo son con liviandad. Tratar un tema tan serio como discutido con tanto humor, sin dejar de sentir que la película establece interesantes puntos de vista, es todo un hallazgo dentro la filmografía nacional, lo que convierte a esta comedia, que a priori pareciera ser pasatista, en una experiencia original y única.

Una Cuestión De Principios

La argentinidad al palo se ve reflejada en esta brillante comedia basada en un cuento de Fontarrosa, un experto en retratar nuestra naturaleza de una manera tan trágica como cómica. El film cuenta la historia de un viejo empleado administrativo (Luppi) con una reputación intachable en su empresa que, debido a la aparición de un nuevo jefe, joven y exitoso (Echarri), se ve ante un dilema moral: defender sus principios, teniendo que decidir entre lo que él cree correcto por un lado y una montaña de dinero, su trabajo y hasta su propio matrimonio del otro. Sin moralejas de por medio, el espectador disfrutará esperando hacia dónde se inclina la balanza cuando la línea del bien y el mal depende del ojo con que se mire.